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Culiacán 📍 Marzo, 2013📍 8:33pm 🗻🚫📄 La Jugada Final
La noche en las montañas de Sinaloa estaba cargada de tensión. El Chapo Guzmán caminaba de un lado a otro dentro de su escondite, incapaz de sacudirse una sensación que lo había estado persiguiendo durante semanas. La paranoia lo invadía, pero esta vez no se trataba de los federales ni de la DEA. Su verdadera preocupación tenía nombre: Yosiriss.
Yosiriss había emergido como una figura temida en el mundo del narcotráfico, una mujer que no solo había logrado ganarse el respeto de los más poderosos, sino también el control de territorios que antes pertenecían a El Chapo. Era diferente a cualquier otro enemigo que había enfrentado antes. Yosiriss jugaba con su mente, no solo con armas o territorios. Ella sabía cómo desquiciarlo.
Sentado en una silla de madera desgastada, El Chapo apretaba los puños, intentando mantener la calma. Pero esa calma se le escapaba como arena entre los dedos. Había rumores de que Yosiriss estaba planeando un golpe, algo grande, algo que lo dejaría completamente expuesto. Nadie sabía exactamente qué.
—Jefe, tenemos los ojos puestos en todos los puntos críticos. Si Yosiriss hace algún movimiento, lo sabremos. —dijo uno de sus hombres, tratando de tranquilizarlo.
Pero esas palabras no aliviaban la tensión en su pecho. Sabía que Yosiriss no era como los otros. No sería un ataque directo. Ella era inteligente, calculadora, y jugaba con los nervios de sus oponentes hasta que los desgastaba.
—No lo entiendes. Ella no va a hacer lo que todos piensan. Va a golpear donde menos lo esperamos —murmuró El Chapo, más para sí mismo que para su hombre de confianza.
De repente, el sonido de un teléfono vibrando rompió el silencio de la habitación. El Chapo miró el dispositivo en la mesa frente a él. Era un mensaje. De Yosiriss.
"¿Estás listo para jugar, Joaquín?"
El mensaje era simple, pero cargado de una amenaza implícita que hizo que el corazón de El Chapo latiera más rápido. Era un juego para ella, un juego del que él no podía salir. Cada paso que daba, cada movimiento que hacía, sentía que Yosiriss estaba un paso por delante.
—¡Vigilen todo! Quiero saber de dónde viene esto. ¡Ahora! —gritó El Chapo a sus hombres, poniéndose de pie de un salto.
Pero mientras sus hombres corrían a cumplir las órdenes, él sabía que no serviría de nada. Yosiriss siempre había sido una sombra, un fantasma que se movía entre las grietas de su imperio, desafiándolo a cada paso. Lo que realmente lo volvía loco era que, por primera vez en su vida, no sabía cómo vencer a su enemigo.
La presión en su pecho crecía, y su mente comenzaba a llenarse de imágenes de Yosiriss burlándose de él, anticipando sus movimientos, y ganando terreno poco a poco. El nerviosismo lo estaba consumiendo, pero no podía dejarlo ver. No a sus hombres, no a sus aliados. Él siempre había sido el más fuerte, el que mantenía la calma bajo presión. Pero ahora, con Yosiriss en el tablero, todo era diferente.
El teléfono vibró de nuevo. Otro mensaje.
"El juego ya comenzó, Joaquín. Y solo uno de nosotros puede ganar."
Era suficiente. El Chapo sintió cómo la rabia mezclada con la desesperación lo empujaba a actuar sin pensar. No podía esperar más. Si Yosiriss quería un juego, entonces jugaría, pero él no perdería.
—Preparen todo. Vamos por ella —ordenó, con una mirada oscura que dejó claro que no estaba bromeando.
Sus hombres comenzaron a moverse rápidamente, armándose y organizando el operativo. El Chapo no podía esperar a que Yosiriss hiciera su jugada. Sabía que eso lo pondría en una posición de debilidad, y ese no era el estilo que lo había llevado a la cima. Si había una manera de detenerla, la encontraría ahora.
Mientras subía a su camioneta blindada, El Chapo sentía una mezcla de nervios y locura. La tensión en su mente lo llevaba al límite, pero también lo mantenía enfocado. Sabía que esta sería la confrontación final, el momento en el que todo se decidiría. O él o Yosiriss. No había espacio para dudas.
La caravana de vehículos se movió rápidamente por las carreteras de Sinaloa, rumbo a un lugar que El Chapo sabía que Yosiriss controlaba. La adrenalina corría por sus venas mientras se preparaba mentalmente para lo que estaba por venir.
Finalmente, llegaron. Las luces se apagaron y sus hombres se dispersaron, listos para el enfrentamiento. El silencio era ensordecedor, solo roto por los sonidos distantes de la noche en las montañas.
El Chapo salió del vehículo, su mirada fija en la entrada del lugar donde sabía que Yosiriss estaba. Pero algo no encajaba. Era demasiado tranquilo.
De repente, el teléfono vibró una vez más.
"Demasiado tarde, Joaquín."
Y entonces lo entendió. Yosiriss nunca estuvo allí. Había jugado con su mente, lo había llevado al límite de su cordura, haciéndolo actuar impulsivamente. El verdadero golpe estaba ocurriendo en otro lugar, donde él no podía llegar a tiempo.
El Chapo sintió cómo la rabia y la desesperación lo invadían, sabiendo que había caído en la trampa. Yosiriss lo había derrotado en su propio juego, y esa noche, él era el que había perdido.
Pero lo peor de todo no era la derrota, sino saber que ella seguiría ahí, acechándolo, desafiándolo una vez más. El juego no había terminado, solo acababa de empezar.
HOY, abra muchos capítulos de todas mis historias, para que estén al pendienteeeee 😘😘
