Serafin Zambada.

525 32 1
                                    

Tijuana📍Abril, 20246:45 pm🧩🫢🧐Entre Sombras y Verdades

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tijuana📍
Abril, 2024
6:45 pm
🧩🫢🧐
Entre Sombras y Verdades

Serafín Zambada estaba cansado, mucho más de lo que había estado en semanas. Su vida, ya de por sí complicada, había tomado un giro inesperado cuando, de un día para otro, comenzó a recibir mensajes anónimos. Mensajes que no eran amenazas, sino advertencias, pistas sobre alguien que lo estaba investigando. Al principio, pensó que era alguna broma o alguien queriendo intimidarlo, pero con el tiempo se dio cuenta de que había un propósito detrás de cada palabra. Y ahora, no podía ignorarlo más.

La última pista lo llevó a un bar en el centro de Tijuana, un lugar discreto, donde la música era baja y el ambiente oscuro. La cita estaba pactada para medianoche. Serafín llegó con la cautela de quien conoce los riesgos, pero también con la curiosidad y el interés de quien necesita respuestas. Se había preparado para cualquier cosa, excepto para lo que encontró al entrar.

Allí, sentada en una mesa en el rincón más alejado, estaba Jazmín, una policía conocida por su carácter fuerte y su impecable historial en la lucha contra el crimen. Serafín la reconoció de inmediato, no solo por la información que él y su familia siempre tenían sobre sus enemigos, sino porque, de alguna manera, siempre había sentido una fascinación inexplicable por ella.

—Nunca imaginé que la famosa Jazmín se tomaría el tiempo de invitarme a tomar algo —dijo Serafín, acercándose con una sonrisa que intentaba ocultar el cansancio en su rostro.

Jazmín levantó la vista, y por un momento, sus ojos parecieron escanear cada detalle de Serafín. No se inmutó por la presencia del joven Zambada, aunque había una tensión evidente en el aire.

—No es una invitación, Serafín. Es una advertencia —respondió ella, con voz firme.

Serafín tomó asiento frente a ella, sin apartar la vista. Había algo en su tono que lo intrigaba aún más.

—¿Advertencia? ¿De qué estás hablando? —preguntó, dejando de lado la actitud relajada. Su interés crecía con cada palabra.

—Estás en peligro —dijo Jazmín, sin rodeos—. He estado investigando algunos movimientos recientes, y lo que encontré no es precisamente favorable para ti ni para tu familia.

Serafín sintió una punzada de curiosidad. No era la primera vez que escuchaba amenazas o advertencias, pero esta vez, al ser Jazmín quien las pronunciaba, le parecía diferente. Ella no era solo una policía; era una mujer con principios y una reputación intachable. Si estaba hablando con él, significaba que había algo muy grave detrás.

—¿Y por qué debería creer en ti? —preguntó él, cruzando los brazos, sin perder su semblante serio.

Jazmín lo miró con una expresión desafiante, pero también cansada, como si la conversación le pesara tanto como a él.

—Porque esta información no la obtuviste tú, Serafín. La obtuve yo. Alguien dentro de tus círculos te está traicionando, y si sigues sin hacer nada, esto va a terminar muy mal.

Esas palabras lo dejaron helado. Había estado rodeado de gente leal toda su vida, o al menos eso pensaba. La posibilidad de que alguien de los suyos estuviera planeando algo en su contra lo agotaba, pero también lo mantenía interesado en cada palabra que Jazmín decía. Sabía que no podía confiar en ella al cien por ciento, pero ¿y si tenía razón?

—¿Qué quieres a cambio de esta información? —preguntó, intentando leer entre líneas.

Jazmín sonrió. No había malicia en su sonrisa, solo un dejo de resignación.

—No quiero nada a cambio, Serafín. La corrupción y la traición están en todas partes. Pero te lo advierto porque creo que no eres como los demás. No tengo pruebas, pero algo me dice que tú tienes interés en cambiar ciertas cosas. Si te equivocas esta vez, puede ser el fin de tu carrera, o peor aún, el fin de tu vida.

Serafín sintió el peso de esas palabras. En el mundo en el que vivía, las lealtades cambiaban en un abrir y cerrar de ojos, y lo sabía mejor que nadie. Pero escuchar esa advertencia de una mujer como Jazmín le daba un sentido de urgencia que no podía ignorar.

Se inclinó hacia ella, sus ojos buscando alguna señal de verdad en los suyos.

—¿Por qué me ayudas realmente, Jazmín? —preguntó en voz baja.

Ella sostuvo su mirada, y por primera vez, él vio un destello de cansancio en sus ojos. La vida de una mujer de la ley también era dura, solitaria, llena de secretos y sombras.

—Porque, a veces, Serafín, la línea entre el bien y el mal se desdibuja —respondió ella finalmente—. Y creo que hay cosas que uno puede intentar cambiar, incluso si es por alguien que vive en el otro lado de esa línea.

La confesión de Jazmín lo dejó pensativo. Serafín sabía que no había respuestas fáciles en su mundo, pero había algo en ella que le inspiraba una confianza extraña y poco común.

—Gracias por la advertencia —dijo, finalmente, levantándose de la mesa—. Pero esto no se queda aquí. Si alguien me está traicionando, lo descubriré.

Jazmín asintió, y sin decir más, lo vio alejarse. Sabía que esa noche podía cambiar el rumbo de las cosas para ambos. Pero al menos, ella había hecho su parte, aún sabiendo los riesgos.

Mientras Serafín desaparecía en la noche, una chispa de respeto y algo más quedaba en el aire entre ambos.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ━ CT, CH, TOYS Y MZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora