Luisita sentía una mezcla de alivio y satisfacción. Había terminado su segundo libro. El proceso había sido arduo, lleno de dudas y emociones, pero finalmente lo había logrado y se sentía muy orgullosa. Ya tenía ganas de contárselo a Amelia, y con las nuevas noticias, aun más.
Estaba sentada en una mesa junto a la ventana de la pequeña cafetería que solían frecuentar. El sonido de las tazas chocando con los platos, el murmullo de las conversaciones y el aroma del café recién hecho llenaban el ambiente, pero Luisita apenas lo notaba. Su pierna temblaba bajo la mesa y sus dedos jugaban nerviosamente con el mantel. Llevaba esperando sólo diez minutos, aunque le parecía una eternidad.
Cada vez que la puerta se abría, su corazón daba un pequeño salto, pero no era Amelia. Finalmente, el tintineo familiar de la campanilla sonó y al levantar la mirada, la vio entrar. Amelia, con su abrigo oscuro y esa sonrisa que siempre hacía que el mundo de Luisita se detuviera por un segundo, la buscó con la mirada. Cuando la encontró, su sonrisa se ensanchó aún más.
- ¡Perdón por la espera! - dijo Amelia mientras se quitaba el abrigo y lo dejaba en el respaldo de la silla antes de sentarse frente a ella. - Sofía quería seguir montando la maqueta y me ha costado explicarle que lo teníamos que hacer esta noche. Al final lo entendió.
Luisita sonrió, feliz de saber que le había gustado tanto su regalo. Amelia se inclinó hacia ella, con los ojos brillando de curiosidad.
- ¿Y bien? - preguntó, ansiosa. - ¿Cuál es esa gran noticia que no podías decirme por teléfono?
Luisita respiró hondo, tomando un sorbo de café para ganar tiempo, aunque apenas le quedaba nada en la taza.
- Amelia, terminé el libro.
Amelia levantó la vista y la miró con una sonrisa sincera.
- ¡¿En serio?! - dijo con entusiasmo. - ¡Qué alegría, cariño! Sabía que lo conseguirías.
Luisita sonrió, algo aliviada por la reacción de Amelia, pero todavía guardaba más noticias. Se humedeció los labios antes de continuar.
- Y no sólo eso - añadió, inclinándose un poco hacia ella. - La editorial que publicó el primero... Quiere publicar este también.
Amelia abrió los ojos con sorpresa, su sonrisa se ensanchó aún más.
- ¡Eso es increíble, Luisita! ¡Estoy muy orgullosa de ti!
Luisita asintió, aunque la inseguridad volvía a agolparse en su pecho.
- Sí, pero... hay algo más. - Sus manos jugueteaban con la taza, y notó que su tono había cambiado, más vacilante. - La editorial quiere acelerar el proceso porque van a presentarlo en marzo en una feria de libros de temática sáfica en Málaga.
Amelia hizo una mueca y levantó una ceja, intrigada.
- ¿Por qué lo dices como si fuera un problema? - preguntó con suavidad, tratando de entender.
Luisita dejó escapar un suspiro, incapaz de mantener la mirada fija.
- Es que... no sé si debería pedirte esto pero me encantaría que vengas conmigo - confesó, finalmente mirando a Amelia. - No quiero hacerte sentir mal si no puedes. Entiendo que es complicado. Tendrías que ponerle una excusa a Sara, o quizá no quieras alejarte de Sofía esos días, o quizá te parezca un rollo, a lo mejor lo es, la verdad no creo que sea una feria muy grande, ¿no? porque bueno... no sé...
Cuando Luisita por fin paró para respirar, Amelia tomó sus manos entre las suyas, su mirada era suave y comprensiva.
- Luisi, claro que quiero acompañarte. - Le dedicó una sonrisa cálida. - Ya encontraremos la manera, pero claro que iré encantada. No te preocupes por eso.
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Pongamos que hablo de Luisita y Amelia
FanficUn día te levantas ya cansada de darle vueltas en tu cabeza y dices, o lo escribo o reviento.