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Sientes culpa y vergüenza, y con ellas la condenación por errores del pasado. Las decisiones equivocadas y las luchas personales a menudo pesan como un yugo. Tal vez te encuentras atrapado en un ciclo de autocrítica, recordando constantemente que no eres digno del amor de Dios. ¡Sé exactamente cómo te sientes!
Angélica, estás experimentando estos sentimientos en tu vida, pero quiero decirte que ¡hoy es el día de liberarte de ellos! Jesús no te condena ni te juzga; eres un hijo amado.
La Biblia nos dice: “Por lo tanto, ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús; y porque ustedes pertenecen a él, el poder del Espíritu que da vida los ha libertado del poder del pecado, que lleva a la muerte.” Romanos 8:1-2 (NTV).
Esta es una declaración poderosa: ¡perteneces a Jesús! Por lo tanto, eres libre de toda culpa y condenación. La carga de la vergüenza y el remordimiento ya no te define. En lugar de eso, somos vistos como justos y limpios ante los ojos de Dios.
Es momento de liberarte de todo sentimiento de culpa y condenación; despójate de las mentiras del enemigo. Ya no estás sujeto a las viejas maneras de vivir, ¿lo crees? Eres justo, sin mancha ni culpa, y amado por Dios.
Su gracia te transforma y te ayuda a vivir de una manera nueva y libre. Hoy es el día para empezar a vivir en libertad en el nombre de Jesús, usando las claves que hemos visto durante estos días y permaneciendo firmes en la libertad que Jesús ya ha pagado.
Vamos a orar: "Señor Jesús, gracias porque no somos esclavos del pecado. Te pertenecemos, y por eso quitaste toda vergüenza y condenación. Nos creaste a tu imagen para reflejarte. Gracias porque por medio de tu Espíritu somos más que vencedores. En tu nombre, Jesús. Amén."
No lo olvides nunca: ¡Eres un Milagro!
