Nos han enseñado que debemos vivir “nuestra propia verdad”, que hagamos lo que nos haga sentir bien, despojarnos de límites y perseguir las buenas sensaciones. Sin embargo, muchas veces terminamos más perdidos que nunca, esclavizados y atados a nuestros deseos. Eso, definitivamente, no es libertad.
Esa es la imagen que el enemigo intenta pintar en esta sociedad, pero es totalmente engañosa. Vivir como seguidores de Cristo puede parecer aburrido y anticuado, “pasado de moda”. Sin embargo, aquellos que parecen ser libres muchas veces terminan siendo esclavos de lo que los controla. Como dice la Biblia en 2 Pedro 2:19 (NTV): “Prometen libertad, pero ellos mismos son esclavos del pecado y de la corrupción porque uno es esclavo de aquello que lo controla”.
La Biblia dice en Gálatas 5:13 (RVR1960): “Porque vosotros, hermanos, a la libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros”.
Así es, fuimos llamados a vivir en libertad y no debemos usar nuestra libertad en Cristo como una excusa para llevar una vida egoísta, siguiendo nuestros deseos carnales. Ya que eso nos convierte en esclavos nuevamente. Y esto es exactamente lo que el enemigo busca. Angélica, Jesús ya pagó el precio de tu libertad.
Por lo tanto, en esta semana exploraremos a fondo lo que significa y cuál es el propósito de la libertad en Cristo. Te proporcionaré claves esenciales que te ayudarán a liberar todo lo que te esclaviza. ¿Estás listo para ello?
Oremos: “Señor, gracias por la libertad que compraste para mí, y porque en ti soy más que vencedor. Ayúdame a escuchar tu voz y abrir mi corazón a través de estos mensajes y a poder ser totalmente libre de toda atadura que esclaviza mi vida. Gracias porque cada día estoy creciendo, para ser más como Tú. En tu nombre Jesús. Amén”
No lo olvides nunca: ¡Eres un Milagro!