Cuando decides seguir a Jesús, te adentras en una bendición que transforma no solo tu vida, sino también la de quienes te rodean. Puede que, como muchas personas introvertidas, hayas sentido que hacer amistades es un desafío. Sin embargo, al entregarte a Jesús a los 15 años, comienzas a experimentar un cambio significativo. Ese momento marca el inicio de un viaje en el que encuentras tu lugar dentro de la comunidad de la iglesia y construyes amistades duraderas que se convierten en pilares en tu vida.
Imagina cómo es esa transición. De sentirte solo y distante, pasas a estar rodeado de personas que comparten tus creencias y valores. Esa conexión se fortalece aún más cuando Dios te lleva a estudiar en otro país. La promesa de Dios de rodearte de personas que se convierten en tu familia se hace realidad. En Paraguay, descubres amistades que son invaluables y que te acompañan en cada paso de tu camino.
Sin embargo, al enfrentarte a la depresión, es fácil dejarse llevar por la oscuridad y sentir que esos lazos se debilitan. El enemigo puede aprovechar esos momentos vulnerables para hacerte sentir aislado y abandonado. Pero es importante recordar que, aunque puedas sentirte así, eres tú quien puede estar alejando a los demás sin darte cuenta.
Al leer el libro de Job, puedes ver cómo sus amigos, aunque imperfectos y con errores en su comprensión del sufrimiento, realmente se preocupaban por él. Ellos se esfuerzan por estar a su lado en uno de los momentos más difíciles de su vida. Su reacción al dolor de Job es un recordatorio poderoso de la importancia de estar presente para quienes amamos. La clave aquí es no alejarte de la comunidad y el apoyo que Dios ha puesto en tu vida. Aunque tus amigos puedan no entender completamente lo que estás atravesando, su presencia es vital.
La gratitud hacia esos amigos es fundamental. Ellos son un reflejo del amor de Dios en tu vida. En los momentos oscuros, tener personas a tu alrededor que te apoyan puede ser lo que realmente te ayude a salir adelante.
Si hoy te encuentras atravesando una etapa difícil o conoces a alguien que lo esté, recuerda la importancia de mostrar amor y apoyo incondicionalmente. No subestimes el impacto que puedes tener simplemente al estar presente. Nunca olvides: ¡Eres un milagro! Tu vida tiene un propósito y estás rodeada de personas que pueden ayudarte a descubrirlo aún más.