Capítulo 23

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Pov Rayita

En estos días que han pasado, han sido pocos, no pude mirar a Tadashi a los ojos.

Es culpa mía lo tengo bien claro, no sé porqué reaccioné así. Hay tantas cosas que me están asustando que me acobarde. Pero tengo que solucionarlo.

Nos acercamos, le hablamos y listo.

Fácil.

Fácil.

Facilito.

Super facilito.

En las manos.

Como masa.

Como comerse una arepa.

Natural.

Tranquila.

Profesional.

Hola ____.

Escúchame, tengo que decirte algo — respira hondo — lo que pasó en casa de Fred fue mi culpa. La verdad el beso me tomo por sorpresa... Pero me gustó que lo hicieras porque me gustas Tadashi Hamada, Me gusta tu forma de ser, me gusta tu afición, me gustan tus sueños, tú inteligencia, tu corazón noble, me gustas tú y tus labios me gustan mucho más espero que no te hayas arrepentido del beso que me has dado. Lo siento por haber sido tan cobarde y dejarte pasar mal rato no sé ni quién soy y te he perjudicado.

“Quiero intentarlo, quiero estar contigo. Que sigas siendo mi amigo y poder hablar mirándote a los ojos. Mejoraré para quererte, mejoraré para quererme y lo haré bien solo necesito un poco de paciencia y tú compañía. Tadashi yo...”

Tú tía te está buscando para que la ayudes con unas cosas.

— Vale, voy enseguida. Gracias ____.

— No hay de qué.

Cobarde.

&€#@

En mi descanso salí a pasear ¿Saben que pienso mucho en voz alta no? Bueno. Se controlarlo de vez en cuando pero he conseguido una manera más eficiente y es cantar. Así iba, tarareando mis canciones favoritas mientras veía tiendas y me distraía, no pienso en nada exacto porque no quiero la verdad.

Entré a una biblioteca para tener más tranquilidad, subí una sección que no sé cuál era exactamente y cogí un libro que me llamó la atención se llama "Ámbar", tiene una imagen muy bonita de una chica con su vestido rojo. Hojeé unas paginas y luego solo me quedé viendo la misma foto de la portada ya que me era muy hipnotizante.

Yo quiero un vestido rojo.

Y más allá de mis pensamientos vanidosos, alguien me había chistado, volteé a ver y era ella. La chica mariguanera. Me sorprendió verla allí pero no me generó ninguna emoción fuerte, no me asusté, no me disgusta, como si lo anterior que había pasado ese día lluvioso ya lo hubiera superado.

— Buenas tardes, ¿vas a tomar ese libro? — me preguntó ella muy tranquila.

— Oh no, solo estaba curioseando porque me llamó la atención. Si lo necesitas aquí esta — le extendí el libro con ambas manos.

— Muchas gracias. Si lo quieres puedes pedirlo prestado, es bastante interesante.

— ¿Ya lo has leído?

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⏰ Última actualización: Oct 24 ⏰

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¿Capa de amor? (tadashixtu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora