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 — Ven, vamos a dormir.—   dijo Logan con una voz suave. Cerró la puerta detrás de nosotros y caminó hacia su armario, sacando una de sus playeras favoritas para mí. Me la entregó con una pequeña sonrisa mientras él se ponía su pijama de forma distraída. Cuando se acostó, me miró esperando a que me uniera a su lado. Me cambié en silencio, y al meterme en la cama, Logan me rodeó con sus brazos fuertes, atrayéndome hacia su pecho. Me dio un beso suave en la frente, y sentí su respiración tranquila mientras el calor de su cuerpo me envolvía

  —  ¿Cómo te fue? —   preguntó con los ojos cerrados, su voz suave y adormilada, como si estuviera al borde de quedarse dormido pero aún queriendo saber de mí.

  — Bien. Logan, quiero decirte algo. —   dije en voz baja, sintiendo cómo su respiración seguía rítmica y tranquila.

—¿Qué pasa?— murmuró Logan, su voz suave, casi apagada por el sueño, mientras sus brazos seguían rodeándome con esa calidez que siempre me hacía sentir segura

Tragué saliva, sintiendo un nudo formarse en mi garganta. —  Logan, nunca te dije por qué me fui ese verano. —   solté finalmente, mi voz apenas un susurro.

 —   Hablamos mañana... shh, tengo sueño. Duerme, Reni. —   murmuró Logan, más dormido que despierto, con la voz pesada y entrecortada. Sentí cómo sus brazos me rodeaban con un poco más de fuerza antes de relajarse nuevamente.

Lo observé en silencio, su respiración volviéndose lenta y profunda mientras caía en un sueño más profundo.

Cerré los ojos, intentando dejar que el sueño me alcanzara, y finalmente, me venció. En cuestión de segundos, ya estaba soñando con Logan.

Ambos nos encontrábamos en la ducha, el agua caliente cayendo sobre nosotros, creando un ambiente cálido y envolvente. La sensación del agua resbalando por nuestra piel solo intensificaba el momento. Sus manos se deslizaron por mi cintura, atrayéndome más hacia su cuerpo, y sentí cómo su calor se fundía con el mío.

Mis manos se enredaron en su cabello, disfrutando de la textura suave mientras él me miraba con esos ojos que parecían desnudarnos a ambos. Había un deseo palpable en su mirada, una mezcla de anhelo y devoción que me hacía sentir vulnerable y poderosa al mismo tiempo. Luego, sus labios se encontraron con los míos, un beso profundo y voraz, como si quisiera devorarme.

Su boca se movía sobre la mía con una urgencia que me hizo temblar, cada caricia era un fuego que se encendía entre nosotros. Cuando su lengua se deslizó suavemente entre nuestros labios, una oleada de electricidad recorrió mi cuerpo, llevándome a un lugar donde solo existíamos él y yo.

Atrapé su lengua con la mía, jugando y explorando, mientras sentía cómo su cuerpo se acercaba más al mío, aplastando cualquier espacio que pudiera haber entre nosotros.

En un instante, él mordió suavemente mi labio inferior, el pequeño tirón hizo que un escalofrío recorriera mi columna. La mezcla de placer y deseo llenó el aire, y respondí con un mordisco juguetón, buscando provocarlo aún más. 

Logan me levanta con una mezcla de fuerza y ternura, mis piernas se envuelven alrededor de sus muslos, aferrándome a él. La pared fría contra mi espalda me recuerda el momento, intensificando la calidez que irradia su cuerpo. Mis manos se deslizan por su espalda, sintiendo cada contorno de sus músculos, mis uñas se clavan suavemente en su piel, dejando un rastro de deseo.

Él inclina su cabeza, sus labios se encuentran con la curva delicada de mi cuello, besando mi piel suave y vulnerable con una devoción ardiente. Cada roce de su boca provoca una corriente eléctrica que recorre mi cuerpo, avivando el fuego dentro de mí, como si su toque encendiera una chispa que amenazaba con consumirnos.

Cómo romper un corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora