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A la mañana siguiente, desperté al sentir que Nick me movía ligeramente. Su mano suave rozó mi brazo mientras se inclinaba sobre mí, con una sonrisa cómplice en el rostro. La luz del sol se filtraba a través de la cortina, iluminando su cabello desordenado y dándole un aire despreocupado.

Desperté confundida, aún con sueño, y miré a mi alrededor antes de fijar la vista en Nick.

—¿Qué hora es? —pregunté, tratando de despejarme mientras frotaba mis ojos.

—Tarde, debo irme a la universidad y tú también —dije, sintiendo que la urgencia del tiempo me apremiaba. 

Tomé mis cosas y salí de su loft, aún medio dormida, sintiendo el frescor de la mañana en mi piel. Comencé a caminar hacia mi campus al abrir la puerta, me encontré cara a cara con Megan, quien estaba a punto de abrirla. Sus ojos se ampliaron al verme, y su mirada se detuvo en mi ropa de ayer.

—¿La pasaste bien anoche? —preguntó Megan, con un tono de mala gana que me hizo levantar una ceja.

ignoré su comentario y entré al baño para darme una ducha rápida, el agua caliente ayudando a despejar mi mente. Después de unos minutos, salí sintiéndome más despierta y lista para el día.

Me vestí con un chaleco de cuello redondo y sin mangas, con un detalle de tejido con hilo metalizado que brillaba sutilmente a la luz. Combiné el chaleco con una falda short que hacía juego, acentuando mis piernas, y me puse unas botas largas que le daban un toque audaz al conjunto.

Salí y fui a clases, donde las horas pasaron rápido, aunque las lecciones fueron un poco pesadas. A pesar de la carga, el tiempo voló, y para mi suerte, a las cinco de la tarde ya estaba de vuelta en mi habitación, acostada en la cama con Nick a mi lado.

Nick hizo un gruñido, como si estuviera liberándose de toda la tensión acumulada de la semana.

—¡Por suerte, la semana terminó! —exclamó, estirándose como un gato antes de mirarme con una sonrisa—. ¿Y tú, qué vas a hacer este fin de semana?

—Iré a casa con papá . Vamos a jugar videojuegos y comer pizza.

En ese instante, Megan abrió la puerta y entró en la habitación con Logan y Lucas a su lado. Logan clavó la vista en mí con una gran intensidad, como si estuviera evaluando cada detalle de mi. Su mirada me hizo sentir un poco incómoda, pero también intrigada.

—¡Hola, chicos! — dijo Lucas

—¿Interrumpimos algo? —preguntó Logan, su tono más agudo de lo habitual.

Nick se levantó de la cama, estirándose ligeramente mientras miraba hacia mí.—Te veo el lunes —dijo, sin dirigirse a los demás.

Megan me observó —Mare, no puedes seguir molesta con nosotros —dijo con un tono conciliador—. Mi mamá tiene un desfile de caridad esta noche, y sería genial que vinieras con nosotros.

Me levanté de la cama y comencé a guardar algunas cosas en una bolsa pequeña.—Iré a casa, pero gracias —dije, lanzando una mirada a Megan y Lucas.

Una vez lista, salí de la habitación y me dirigí hacia la salida. Tomé un taxi que me llevó a mi casa. Después de unos minutos, ya estaba dentro de ella, sentada en el sofá y disfrutando de  fresas con Nutella, directamente del envase.

—Todo está bien, solo aléjate de la Nutella —dijo mi papá al entrar en la sala, una sonrisa divertida dibujada en su rostro.

—Fue una larga semana —comenté, mirando a mi papá

Cómo romper un corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora