Natanael Cano

2.4K 141 37
                                    

Narras tu:

El ambiente realmente estaba bueno las luces decoraban muy bien la casa y la música resonaba en toda la casa. Había muchas personas. Natanael; mi novio, había realizado una fiesta por su nuevo álbum, quería festejarlo a lo grande.

Ahora me encontraba buscando con la mirada a Nata, ya que el había desaparecido de la nada. Estaba ahí en mi mundo, cuando siento una presencia a un lado de mi, haci que inconscientemente volteo hacia el encontrándome con unos de los músicos de mi novio.

- Hola hermosa, ¿que haciendo tan solita?.- soltó  Tapia arrastrando las palabras, haciéndome saber que estaba ebrio.

Yo realmente me puse incomoda, por la manera en la que me miraba,  así que decidí ignorando; no quería tener problemas con Natanael.

- Que chula estas, nunca lo había dicho pero estas hermosisima.- dijo sonriendo.

Estaba apunto de contestar cuando otra voz me interrumpió; obvio que a instante reconocí esa hermosa voz.
Era mi hombre.

- ¿Que te traes con mi morra, Tapia?.- Mencionó con un poco de molestia.

- Nada compa, no te preocupes yo ya me iba.- se levantó y se fue dejándome un un Nata enojado.

- ¿Que te dijo ese pendejo?.-  dijo mirándome directamente a lo ojos, poniéndome nerviosa.

- Nada amor, el se acercó y me empezó a coquetar.- dije realmente nerviosa.

El no dijo nada y me tomó de la muñeca para caminar en dirección a las escaleras para subirlas y estando en el segundo piso, me tomo entre sus brazos para llevarme cargada hacia su habitación.

Ya ahí me aventó levemente hacia la cama, de manera que quedara sentada.
Se coloco frente a mi, mirándome desde arriba.

- Te gusto más ese wey que yo, ¿ehh?.- escupió enojado.

- Hay amor, obvio tu solo me encantas.- dije mirándolo.

- Demuéstralo.- agarro de mi cuello apretadolo levemente sin asfixiarme, guiando mi cabeza a su boca.

Empezó a besarme de una manera brusca, saboreando mis labios, metiendo su lengua en mi cavidad. Jadeo al sentir como mordió mi labio inferior, nos separamos por unos segundos antes de que volvamos a unir  nuestras bocas.

Sin despegar nuestros labios, me empujó acostandome en la cama, poniéndose sobre mi sin dejar caer todo su peso.

- Quiero que me la chupes.- soltó de la nada haciendo que me sonrojara al instante.

- ¿Que?.-

- Si, quiero que en este puto momento te arrodilles y me des una mamada.

(...)

One Shots De Los CT 🦥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora