Una noche de las muchas que parecía que iban a pasar, un baile entre dos personas que gozaban con tan solo el roce de la piel, era el nacimiento de un sentimiento en el que las dos no podían pensar ahora pero del cual se darían cuenta nada más amaneciera.
Aquella noche sin pretenderlo lograron sentirse, se miraban a los ojos y veían la pasión y las ganas de amarse una a la otra, de conocer y reconocer cada poro del cuerpo de la mujer que la acompañaba.
Amelia se levantó del sofás para coger de la mano a una rubia que la miraba anestesiada por lo que sentía, un remolino de sentimientos que tenían ambas , un deseo de pasar la noche besándose , mirándose.
Luisita besaba el cuello de la morena lentamente,tan lento que estaba matandola , los suspiros de Amelia alegraban los oídos de la rubia, que sabía en ese instante que aquel sonido se convertiría en el preferido.
La rubia comenzo a bajar por el cuello dejando un reguero de besos y lamidas que cada vez encendían más y más a la morena.
- Luisi, me estás matando poco a poco y me encanta pero te necesito - dijo la chica como pudo entre suspiros y gemidos.
- Más me gusta a mí escucharte , estoy disfrutando plenamente - continuo besando a su chica pero está vez con más pasión , con más alma y con el deseo de llegar a lo que sería el placer de una Amelia impaciente por sentir a la chica de ojos enormes dentro de ella, de sentirla en lo más profundo de su cuerpo, pero en vez de eso la morena sintió como una lengua juguetona y abil se colaba en su intimidad haciendo que gimiera con más fuerzas, tantas que Luisi tuvo que taparle la boca con las manos, - Amor la niña nos puede escuchar, más flojo porfa.
- Ufff, no sé si podría aguantar, al terminar de decirlo noto como de nuevo la rubia hacía acto de presencia entre los pliegues de su intimidad con una lengua aún más inquieta, viendo cómo la morena te tensaba decidió bajar un poco el ritmo a lo que la morena se quejó y Luisi rio mientras introducía sus dos dedos en Amelia, ahora sí , con el juego de la lengua y los dedos de la rubia cada vez con más ganas Amelia llegó al clímax con un gemido no muy sonoro pero con el efecto de sus uñas en la rubia y las sábanas arrugadas por su otra mano libre.
Amelia no tardo en cambiar su posición, colocando a la rubia bajo su cuerpo pudiendo sentir el néctar de esta en su propia pierna volviéndose loca al comprobar lo que le hacía sentir a la locutora, erizandole la piel con tan solo una mirada, una sonrisa y el ver la vergüenza que esto provocaba en aquella mujer que tenía la fortuna de tener entre sus brazos.
- Amelia, quiero sentirte, necesito sentirte por favor la morena la miró con una pasión jamás vista en los ojos de alguien, se acercó al oído de la rubia susurrando " me tienes loca" mordió el lóbulo de la chica y empezó a besar el cuello de una locutora que suspiraba cada vez más y más, bajando con su lengua hacia su pezón derecho poniéndole todo el empeño y atención que requería para poder seguir deslizándose por el mapa de una piel que quería surcar con cada beso, quería conocerla con tan solo el tacto, estaba disfrutando y mucho de tener en su cama a la chica más bonita que jamás había visto, Amelia llegó con su mano a la intimidad de su compañera, mmmm gimieron las dos a la vez, una por el placer que le hacía sentir la otra y la otra por saber qué todo aquel derroche de néctar era causado por ella, sin hace esperar mucho más a la rubia introdujo dos de sus dedos en ella, haciendo que Luisi se mordiera el labio en señal de placer, que dijera su nombre una y otra vez, su corazón latía cada vez más rápido, sus manos se agarraban a unas sabanas ya maltratada de antes por la tensión y excitación de Amelia. Luisita extasiada después del placer que le había provocado llegar al clímax se quedó rendida mirando los ojos de una morena que solo podía mirarla susurrando un guapa, así entre caricias besos y amor mucho amor quedaron completamente rendidas.
A la mañana siguiente cuando la luna se escondía dejando paso a un brillante día, Luisi abrió los ojos mirando a la morena sin poder evitar acariciar su cara con las yemas de sus dedos, dormilona le susurro al oido, mientras veía como Amelia sonreía, cariño vamos debemos despertarnos , en poco tiempo se levantará Carola y nos va a ver aquí a las dos desnudas.
La morena abrió los ojos rápido, el detalle de estar desnuda no había pasado por su cabeza, a ella no le importaba que la niña las viera pero desnudas no.
Se levantó corriendo dejándole un pijama a la locutora y se puso ella el suyo, se volvió a acostar en la cama y beso a la rubia - Gracias por una noche inolvidable dijo mientras se volvía a acercar a ella para besarla pero justo en ese instante, - Mami, he tenido una pesadilla.
- Cariño, su mamá se levantó rápido para cojer a su hija y darle todos los mimos que necesitaba en ese momento.
- Vamos a hacer el desayuno? Quieres unas tostadas y un zumo de naranja? La pequeña asintió con la cabeza mirando también hacia la rubia, - Mami, puedo despertar a Luisi? Amelia miró hacia la cama y le dijo a su hija en el oído: " guerra de cosquillas"? La pequeña sonrió asintiendo y así fue como madre e hija corrieron hacia la cama para empezar su pequeña guerra.
- No, no , cosquillas no, basta por favor, la locutora no paraba de reír, en aquel instante en la habitación solo se escuchaba risas y más risas, la pequeña paró y miró a la pareja.
- Mami, Luisi es tu novia? La pregunta de la pequeña hizo que la locutora se tapase la cara para que no vieran lo roja que se había puesto y la madre de la pequeña la miraba con una sonrisa boba sin contestar a la niña.
- Luisi, me contestas tú? Mi mamá se ha quedado tonta mirándote, la locutora miró a la madre y después a la hija. - Vamos a desayunar? Venga anda vamos las tres a la cocina y desayunamos.
Las tres se sentaron a desayunar con una Amelia un poco sería, quizás el ver qué ella se había quedado boba mirando a la locutora y está en vez de contestar saliera con la escusa del desayuno no le había sentado nada bien.
Las tres salieron de casa de la morena, en el portal la pequeña abrazo a Luisita y le dio un beso pidiéndole que se vieran esa misma tarde, por el contrario Amelia se acercó a ella le dio un beso en la mejilla diciéndole un simple adiós, sin sonrisa, sin nada.
Madre e hija se fueron dirección al colegio y la locutora en busca de su hermano para ir al trabajo, algo pensativa , la despedida de Amelia no le había gustado , había sido como amarga y ella no quería eso menos después de la noche de pasión que habían tenido.
Hasta aquí el capítulo de hoy.
Perdón por las faltas de ortografía ❤️
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el sonido de una risa
RomantizmUna historia herida de muerte, la voz dulce de una locutora y una chica nueva en el pueblo. Terminarán encajando cada pieza del puzzle?