Capitulo 9

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Acabé rápido mi comida para poder terminar de ayudarle a Sartén con unas cuantas cosas de la cocina antes de ir con Jeff. Yo estaba lo que le sigue de emocionada, ya que de todos los trabajos era el que más me interesaba

Llegué corriendo a la enfermería, en donde Jeff me recibió con una sonrisa cálida. Aunque estos últimos días habíamos hablado muy poco, aun así nos caíamos muy bien y se podría decir que éramos buenos amigos

-Hola mily, ¿Te lastimaste algo o que haces aquí? -dijo el chico cuando me vio entrar a la enfermería.

-Nop, solo le pedí permiso a Alby para venirte a ayudar hoy aprovechando que tenía un poco de tiempo libre -le explique al chico mientras me sentaba en una de las camillas que se encontraban desocupadas -Solo si es que quieres mi ayuda

-Claro que si mily -dijo el chico con una sonrisa antes de cargar un maletín -Pero espero que no te moleste ver mucha sangre

-Vamos con los carniceros, ¿verdad?

-Que comes que adivinas -dijo el chico antes de comenzar a dirigirnos a donde se encontraban los carniceros

Dos de ellos se habían cortado y Jeff tenía que ir a vendarlos. Me contó que no era la primera vez y que si no fuera por Winston esos chicos ya estarían muertos, eran peores que los constructores, pero no lo aceptaban.

Al llegar ahí, me enseñó lo que tenía que hacer para que así, mientras yo vendaba a uno de los chicos, él se encargaba del otro.

Cuando terminamos de hacer eso, regresamos a la enfermería a preparar un remedio para un chico que se encontraba ahí porque tenía un ligero resfriado. Y aunque no fuese algo grave, él se tenía que quedar en la enfermería para evitar que contagiara a alguien más, ya que no llegaban muchas medicinas al área y tenían que mantener a todos en la mejor salud que fuera posible.

Todavía faltaba para que fuera hora de ir a ayudarle a Sartén con la comida, así que aproveche para platicar con Jeff sobre aquel tema que me rodaba por la cabeza

-Oye Jeff, ¿te puedo contar algo? -Le dije al moreno mientras me aseguraba que el otro chico estaba dormido

-Claro, ¿qué pasó?

-Es que hoy estaba tranquila en el comedor junto a Newt mientras los corredores desayunaban cuando llegó Minho y dijo que había soñado conmigo -le explique al chico mientras recordaba el momento

-¿De verdad? ¿Y qué fue lo que soñó? -pregunto el chico sumamente interesado

El chisme parecía ser su pasión

-Y justo es lo que no sé, antes de que nos contara él se fue porque noto que yo estaba ahí

-¿Se fue así sin más?

-Bueno, primero le escupió en la cara a Newt, pero sí -le respondí, a lo que el chico, al escuchar lo que dije, solo se soltó a reír, provocando que yo también lo hiciera

Y ya que en el momento no lo hice, ahora me resultaba mucho más gracioso, así que en lugar de ser una risa pequeña fue una gran carcajada.

Después de unos minutos nos dejamos de reír al notar que se quería despertar el otro chico.

-Hubiera sido genial ver la cara de Newt -confeso el chico aun con una pequeña risa en su voz

-Vaya que lo fue, pero en ese momento no podía pensar en otra cosa que no fuera lo que había dicho Minho

-Yo creo que soñó algo sexoso -solto el chico.

-¿Tú solito pensaste en esa pendejada o te ayudaron?

-No hay otra explicación para esa reacción

-Pero no puede ser eso, o dime, ¿por qué crees que soñaría algo así cuando se nota que no le agrado?

-Talvez no sea así y en realidad le gustes -contesto el chico haciendo que lo mire con una ceja fruncida

-Creo que estar mucho tiempo aquí ya te afectó la cabeza, dime cuántos dedos vez -le dije mientras ponía mi mano en su cara

-Tírame de a loco si quieres, pero estoy seguro de lo que digo, y te puedo jurar que no es el único -afirmo el chico

-La verdad yo pensaba todos eran Gays -le confesé al chico mientras me recargaba en la pared

-Talvez no todos, pero si la mayoría, yo creo que el 50% lo es -contesto divertido el chico

-Te fuiste muy bajo, yo creo que el 80%

-Tienes razón, pero volviendo al tema, deberías de ir a preguntarle a Minho para sacarte de dudas

-Es lo que pensaba hacer

-Y cuando lo hagas, me dices, muero por saber que tenía la razón -soltó el chico haciendo que lo mire divertida antes de dirigirme a la cocina.

Apenas llegué al lugar, sartén me bombardeó con tareas porque ya faltaba poco para la hora de la comida y tenía que estar todo listo.

Hoy prepararía arroz con carne de cerdo, le sugerí agregarle algo más a la carne para que complemente su sabor, y sorprendentemente para mí, el chico aceptó mi sugerencia y me dejó añadirle lo que yo quisiera. Siempre y cuando no quemara o rompiera nada.

Así que elegí agregarle un poco un aderezo que prepare con algunas especias y cosas que fui encontrando y pensaba le añadirían más sazón
En mi momento chef creí que era una muy buena idea

Y así fue, cuando Sartén y los demás la probaron, quedaron fascinados por el toque que el aderezo le dio a la carne.

Cuidado Sartén que te quito tu puesto

-Te quedó muy rica, pequeña -me dijo Newt cuando se sentó a comer en la mesa donde estábamos Jeff y yo.

-Gracias, gracias -dije divertida mientras daba una pequeña reverencia de manera divertida

-Ya deja de decirle cumplidos o se le va a subir el ego -dijo jeff mientras inconscientemente devoraba mi gran obra maestra, dejando el plato completamente limpio.

-¿Amigo o hater?

-Ambos -contestó el chico, haciendo que lo miré divertida antes de comenzar a comer.

Pasó un rato cuando noté que Minho no estaba, lo cual era raro, ya que ayer si estaba a la hora de la comida y además sus amigos estaban sentados a unas cuantas mesas.

-Oye, Newt, ¿no sabes dónde está Minho? -le pregunté al rubio cuando Jeff se fue. No quería que el chismoso dijera algo imprudente enfrente del mejor amigo de Minho

-Ah, sí, él se fue directo a la sala de mapas para terminar su trabajo -respondió el chico, aún concentrado en su comida.

-¿No va a comer? -inquirí un poco curiosa, cosa que el chico percibió y provocó que me mirara curioso.

-¿Por qué preguntas, pequeña? -me cuestionó el chico con una ceja levantada.

-Por nada importante en realidad, olvídalo -dije mientras me levantaba y me dirigía a la cocina para terminar por fin mis tareas del día de hoy.

Después de lavar lo que parecieron ser miles de platos, me dirigí a mi cabaña a recostarme un rato antes de ir a buscar a Alby para decirle que ya por fin había decidido cuál era el trabajo que elegiría.
Pero mis planes cambiaron drásticamente, ya que apenas toqué la cama, me quedé dormida. Fácilmente, pasaron cuatro horas antes de que me despertara de aquella siesta imprevista.

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