Capitulo 15

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                                        Emily pov:

En estos dos meses pasaron demasiadas cosas.
Minho cumplió su palabra y desde aquel día comenzó a demostrarme sus sentimientos en cualquier oportunidad que tenía. Cosa que estaba funcionando y provocaba que mis sentimientos hacia él fueran mucho más fuertes que el miedo que tenía antes.

Así que aquel día, cuando me preguntó si podía ser mi novio, no pude hacer otra cosa que aceptar y besarlo para por fin poder cumplir mi promesa de recordarle aquel primer beso.

Solo que esta vez fue más especial.

Aunque no solo ocurrió eso, también llegó un niño muy lindo y amable llamado Chuck.

Cuando lo vi por primera vez, estaba paralizado por el miedo, tuve una gran necesidad de siempre intentar protegerlo.

Cosa que provocó aquella pelea con Gally, la cual pensaba que era algo pequeño y que podría tener solución, pero en lugar de arreglarlo solo lo empeoramos aún más aquella noche y después de eso nos distanciamos definitivamente. Estaba triste por perder su amistad, pero no sabía la forma de arreglar las cosas con él.

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Esta mañana desperté tranquila, ya que poco después de comenzar a salir con Minho mis pesadillas habían comenzado a desaparecer y, en cambio, ahora tenía sueños repetitivos sobre el área y las cosas rutinarias que pasaban en ella. Eran bastante agradables, ya que en su mayoría involucraba a mis amigos y a aquel lindo corredor.

Quien justamente era el que tocaba la puerta de mi cabaña en este momento. Sabía que era el porqué siempre venía conmigo antes de irse al laberinto.

Así que al escuchar aquel golpeteo en la puerta me levanté y la abrí rápidamente dejando ver al pelinegro; quien al verme sonrió ampliamente y me envolvió en un brazo.

-Buenos días, querido -dije con una sonrisa dulce, aceptando el abrazo y dejándole un pequeño beso en la mejilla.

Era algo que hacía todos los días y una así notaba como la alegría se extendía por el cuerpo del chico haciendo que su sonrisa se amplíe aún más.

-¿Qué tal dormiste hoy? -me preguntó el chico recargándose en el marco de la puerta mientras yo regresaba a mi cama y me ponía los zapatos antes de volver con él.

-De maravilla, ¿y tú?

-Pues hoy Newt decidió roncar más alto de lo normal, así que no muy bien la verdad -confeso el pelinegro haciéndome reír.

-Pensaba que era imposible que pudiera roncar más alto -dije divertida antes de que ambos saliéramos del lugar y nos dirigiéramos a la cocina.

-Yo tampoco lo creía posible, pero como puedes ver jamás deja de sorprendernos ese Shank -contestó el chico mientras caminaba a mi lado

Cuando llegamos a la cocina nos sentamos junto a Newt y Alby, quienes estaban organizando todo para la fiesta de bienvenida de esta noche.

-Hola, chicos -los saludé amablemente mientras tomaba asiento.

-Hola, pequeña -dijeron al unísono los chicos, aun sin despegar sus miradas de las notas que estaban sobre la mesa.

Los deje trabajar mientras acompañaba a mi novio en su desayuno y platicábamos un poco sobre los planes que teníamos el día de hoy y nuestras teorías sobre el nuevo novato.

Cuando llegó la hora, lo acompañé a la entrada del laberinto para despedirme de él y poder irme a comenzar mi trabajo en la enfermería.

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-Hola, mugroso -saludé al moreno cuando llegue a la enfermería y lo vi recostado en una de las camillas.

-¿Ya fuiste a dejar a tu novio? -pregunto el chico burlón mientras se levantaba y me dedicaba una media sonrisa

Yo solo rodé los ojos divertida y me dirigí al almacén de los medicamentos para comenzar a hacer el inventario que Newt me había pedido para antes de que subiera la caja con nuevas cosas

-Yo sabía que terminarían siendo novios, pero me llamaste loco -dijo el chico volviéndose a recostar -. Bien dicen que ojo de loca no se equivoca.

-Deja de decir garlopadas y ven a ayudarme

-Ya incluso hablas como él -añadió divertido antes de levantarse y dirigirse a dónde yo estaba para comenzar a ayudarme.

Estuvimos un buen rato organizando las cosas y acomodando el lugar para tener más espacio para guardar las nuevas cosas antes de que vinieran a avisarnos que por fin era hora de desayunar.

Jeff se adelantó a la cocina y yo fui a buscar a mi pequeño rizado, el cual estaba ayudando a los jardineros a recoger fertilizante.

-Ya es hora de ir a desayunar, solecito -le dije cuando estuve cerca de él.

-Voy en un minuto, solo le llevo esto a los jardineros -me contesto mientras cargaba dos botes de fertilizante

Le ofrecí mi ayuda al notar que estaba batallando un poco, pero él se negó explicando que podía hacerlo solo.

-¿Seguro? -le pregunté con una ceja levantada mientras lo seguía

-Sí -respondió con una sonrisa, pero al ver que no estaba muy conforme con su respuesta, agregó -Los demás dicen que me consientes mucho y que debería de hacerlo yo mismo.

-¡Y que sí es verdad! Eres mi pequeño solecito y siempre te consentiré -dije mientras le revolvía sus rizos haciendo que él suelte una sonrisita

-Aun así creo que debería intentar hacerlo yo solo Mily -afirmo el rizado usando el mismo apodo por el que Jeff me llamaba.

Desde que escuchó al moreno llamarme así me dijo que le gustaba mucho y que el igual me llamaría así. Cosa que me gustaba mucho, ya que eran los únicos que me llamaban de esa forma, haciendo que el apodo se volviera muy especial para mí.

Yo asentí y lo acompañé a dejar los botes antes de ir a la cocina donde nos esperaban Jeff y Newt en la mesa que siempre usábamos.

Esta vez Sartén preparó un omelette de huevo con zanahorias y un jugo de manzana. Yo me lo comí rápidamente, ya que ya me había logrado acostumbrar a la comida del moreno, pero al pequeño todavía le costaba comer algo que involucrara verduras, así que tardó más de lo habitual haciendo que me tuviera que quedar a esperarlo.

-¿Crees que hoy llegue una chica al área? -me preguntó el niño cuando estaba a punto de terminar su comida.

-Lo dudo mucho, solecito -le respondí honestamente, ya que después de su llegada había perdido cierta esperanza en que dejara de ser la única chica en el área.

El niño solo asintió y continuó con su comida para después separarnos, ya que él tenía que ayudarle a los demás chicos en diferentes tareas y yo tenía que regresar a mi trabajo como doc.

Pasé un buen rato trabajando antes de que se escuchara la sirena que indicaba que la caja estaba subiendo.

Al escuchar aquel sonido ya conocido, Jeff y yo salimos y nos dirigimos a observar la llegada del novato.

Cuando se abrieron las puertas, dejaron ver a un chico alto y de cabello castaño oscuro que nos observaba extrañado, lo cual era completamente normal y predecible.

The Girl and the Runner Donde viven las historias. Descúbrelo ahora