★35: Ojalá te hubiera podido conocer...★

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BILLY

Había tenido una noche de mierda.

Para mi consuelo, al menos pude lograr terminar mi parte del trabajo de historia, y justo ahora, se lo entregaba al profesor Brócoli, Diego parecía satisfecho cuando el profesor nos echó una ojeada y siguió leyendo el trabajo. Cuando terminó, escribió la nota, dándonos una sonrisa.

En otro momento, habría saltado de la alegría, era la primera vez que nuestro profesor me miraba de esa manera, y sobre todo, era la primera vez que parecía orgulloso con algo en lo que yo participaba. Pero ahora mismo, no tenía animos de celebrar y mucho menos de cantar victoria.

—Muy bien, chicos—habíamos sacado una A, el puntaje más alto, cuando íbamos a irnos a nuestros asientos, volvió a hablar:—. Ah, y Harper...

—¿Si, profesor?—me giré, curiosa.

—Buen trabajo, puedes ser excelente si te lo propones—me dió un asentimiento de cabeza.

¿Si me lo propongo? No sabía cómo reaccionar a eso.

Cuando me senté, Isabel chilló.

—¡Estoy tan feliz! ¡Por fin Billy hace un trabajo bien!—Isi aplaudió, fruncí el ceño—. ¡Fácilmente podría ser un hecho histórico!

—Oye, te estoy escuchando—me quejé, ofendida.

—¡Lo sé!—ella hizo caso omiso a mi queja y me ignoró categóricamente, aún celebrando.

Era insufrible cuando quería.

Diego en cambio, estaba muy callado, mirándome.

—¿Qué?—le espeté, no me gustaba esa mirada.

Sabía lo que quería preguntar.

—Estoy bien, no me moriré por lo de ayer—me giré, sin querer darle la cara, cruzándome de brazos.

No le diría lo mucho que me afectaba, eso ya lo sabía después de verme llorar tanto, incluso Isi estuvo presente. Me daba un poco de vergüenza, pero al menos, hoy cuando me vieron hicieron como si no pasara nada.

Pero estaba segura de que mi mejor amigo en algún momento insistiría.

Y no quería hablar de eso, el remordimiento me estaba matando, fui tan grosera y cruel con Igor...

¡Hasta tu desagrado por el contacto físico debe de ser una mentira! ¡¿Verdad?! ¡Solo para que te tuviera lástima y así fuera más fácil entrar a mi vida!

Rayos, ¿Cómo pude decirle todo eso? Desde que lo conozco, él nunca se ha portado mal conmigo, y yo...yo le hice daño con mis palabras.

Aún recordaba su cara, el dolor pasó a la decepción y después su expresión se llenó de rabia, más aún, cuando me gritó que su padre lo golpeaba y que por eso no soportaba el contacto físico.

Mis ojos se humedecieron, no iba a llorar, y muchos menos en el salón. Respiré hondo.

Para mi disgusto, al salón entró Sam, y para mayor desgracia, no llegó solo, detrás de él venía Greta.

No había cambiado mucho, seguía idéntica, con esa aura de superioridad y soberbia. El único cambio relevante que le noté fue que ahora reemplazaba sus rizos por el cabello negro lacio.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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