★16: La verdad duele★

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BILLY


Cuando cerré la puerta detrás de mí no pude dejar de sonreír, me la pasé genial con Igor, aunque en ocasiones nos pusiéramos incómodos--algo que era obvio-sabía que con el tiempo todo fluiría solo, más de lo que ya fluye. Después de mucho tiempo, le tenía fé a una persona, sentía que Igor y yo seríamos grandes amigos. Y es que, cuando Greta me apuñaló por la espalda-hipotéticamente hablando-muchas dudas e inseguridades se acentuaron en mí, demasiadas con respecto a otras personas intentando entablar alguna clase de amistad conmigo. Con Sam fue diferente, por su culpa-o tal vez por lo idiota que fui-, preferí no tener nada serio con nadie en el término romántico, sí he tenido una que otra relación después de él, bueno, solo un chico, nada serio para ser exactos, pero, Sam me rompió el corazón, tanto así que no me creía capaz de alguna vez superar lo que me hicieron, papá nunca supo que pasó con exactitud, solo creyó que Sam me fue infiel con Greta y que juntos se fueron a estudiar a España. Y para hacerlo aun más peor, nunca le conté a nadie lo que pasó realmente, preferí guardar silencio, el único que lo sabía todo era Diego, me convenció para tomar terapia, y eso sí que me ayudó demasiado. Me llevo alrededor de tres meses sobrellevar todo lo que pasé, lo que me hicieron pasar.

Al recordar aquello, las palabras de Diego retumbaron en mi cabeza «Greta y Sam volverán al instituto». No sabía cómo aquello me iba a afectar, pero no tenía dudas de que lo haría. Nunca me detuve a pensar en que algún día les volvería a ver las caras, y sinceramente, no estaba lista para hacerlo.

Subí las escaleras hasta llegar a mi habitación, ya allí, me dispuse a dirigirme al baño para darme una buena ducha. Luego de eso llamaría a Diego, me matará, estoy segura. Su indignación debe ser enorme, como si no fuera suficiente lo dramático que puede llegar a ser.

Estaba sola en casa, imaginaba que papá se encontraba en el trabajo, esperaría hasta la noche para hablar con él, no le puedo seguir dando vueltas al tema. Tengo que hacerle frente, por muy dolorosa que pueda llegar a ser la verdad.

Luego de quitarme la ropa me metí bajo la ducha y abrí la regadera, el agua impactó en mi cuerpo. Cerré los ojos, frotándome la cara.

Tantas cosas habían pasado de golpe, que incluso era desgastante para mí. Además de tener que lidiar con la verdad de saber que Elena no es mi madre, también tendría que afrontar la charla con papá. Y por si fuera poco, probablemente muy pronto volvería a toparme con Greta y Samuel por los pasillos del instituto, mejor dicho, toparme con ellos a cada nada. Vamos en el mismo año, supongo que nos veremos muy seguido, lo que me faltaba. De mi garganta brotó un suspiro cansino.

Me recosté a la pared y dejé caer lentamente mi cuerpo, llegando hasta el suelo. Abracé mis rodillas, el agua caía desde mi cabeza, goteando en mi boca y barbilla. Me sentía demasiado sola, toda la alegría que la salida con Igor me había transmitido se ha esfumado, volví a chocar contra la realidad, en una realidad en la que siempre me he sentido sola, porque siento que además de Diego, nadie me entiende, no tengo a nadie más.

Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, mezclándose con el agua.

Y las malditas palabras que una vez Samuel me dijo retumbaron en mi cabeza «-Por Dios, Billy, nadie podría aguantar tus dramas emocionales. Pura basura»

Empiezo a creer que en verdad no lo he superado del todo, mierda.

***

-Te he dicho que todo salió genial, le termine confesando que tú fuiste el responsable de escribirle y citarlo-luego de soltarle aquello al teléfono, le dí una gran mordida a mi tostada con mostaza, eso era lo único que podía preparar cuando estaba sola en casa. Muy útil en la cocina no soy, eso a quedado claro.

Si las constelaciones fueran suficienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora