Encuéntrame en el 2001 [En proceso]

|Capítulo 8: La peor obra de teatro en años|

Alina

Había llegado el día de la presentación de la obra de Rapunzel. Como la escuela estaba en temporada de obras de teatro, no éramos los únicos que presentaríamos una; otra clase iba a presentar "Peter Pan" con una chica como el personaje principal y otra una versión moderna de "La Caperucita Roja".

Nos tocaba el primer horario en el auditorio, por lo que todos estábamos nerviosos. Gen no paraba de hacer ejercicios de voz; se supone que era la bruja de la historia, así que necesitaba un tono de villana. Hayden y Kyle parecían bastante tranquilos por su parte, en especial Hayden, ya que tenía escenas muy cortas.

No pude evitar soltar una risa al ver a Hayden vestido de ardilla. El traje era bastante básico, con una tela marrón que imitaba el pelaje del animal. Las orejas de la ardilla estaban un poco caídas y desproporcionadas en comparación con su cabeza. Y lo más gracioso era que el traje parecía un poco pequeño para él, como si hubiera optado por la talla de un niño. Sin duda, era una visión bastante cómica.

Lo mejor de todo es que no podía burlarse de mí, ya que lucía majestuosa. Mi vestido rojo con dorado satinado tenía incrustaciones de pedrería, brillando con elegancia. Una tiara resplandeciente adornaba mi cabeza, mientras una larga trenza reluciente caía hasta mis pies, creada con extensiones. Mis pies descansaban en plataformas doradas de Jimmy Choo que me había prestado la Sra. McKay.

Mientras una compañera de clases me terminaba de maquillar, escuché cómo Gen aparecía con una expresión seria. Su rostro estaba transformado por completo, con una capa de maquillaje oscuro y una nariz postiza ganchuda que la hacía lucir siniestra. Vestida con un traje de terciopelo verde esmeralda, parecía una verdadera bruja saliendo de un cuento oscuro.

—¡Oye Alina, hay un hombre preguntando por ti! Dice ser tu padre —anunció Gen con un tono urgente.

La noticia me tomó por sorpresa, y dejé de lado a la compañera que me maquillaba, sintiendo la urgencia de averiguar más.

—¡¿Mi padre?! —exclamé, sintiendo un nudo de nerviosismo en el estómago. Sin perder tiempo, tomé a Gen del brazo y la arrastré conmigo—. ¿Dónde está?

Gen me llevó al auditorio, que estaba llenándose de padres de estudiantes. Varios se giraron a mirarme, sorprendidos por mi disfraz de princesa. Me sentí algo incómoda bajo las miradas curiosas, pero mi preocupación por la presencia de mi padre eclipsaba cualquier otra sensación.

Pude distinguir a mi madre y a la Sra. McKay conversando con un hombre alto, cuya calvicie destacaba entre la multitud. Gen me soltó el brazo y se quedó a un lado, observando con atención.

—¿Papá? —pregunté, sintiendo una mezcla de sorpresa y confusión al reconocerlo.

El hombre se volteó para mirarme, revelando una sonrisa cálida y familiar en su rostro. Era efectivamente mi padre, vestido de traje y con una expresión de alegría al verme.