Capitulo 33

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Un suspiro escapa de mis labios, le doy otro bocado a las papas fritas bajo la atenta mirada de Asher.

—¿Pasa algo jefecito?

—Nada cariño, ya hablé con mi abogado

—Oh que bueno, ¿Quien es tu abogado?

—Atlas

Casi me atoro con la papa frita, el soba mi espalda divertido — ¿Atlas es abogado?

—Si, pensé que Natalie te lo había dicho

—No, osea recuerdo que me contó algo... Pero ¿Ellos están saliendo?

—No cariño, no están saliendo si lo mucho que deseas que ellos salgan pero no creo que pueda ser posible

—¿Por qué no?

—Atlas está conociendo a una chica y Natalie no muestra mucho interés en el

—Vaya —me llevo otra papa a la boca— pero viven juntos

—Viven juntos pero en diferentes habitaciones

Asiento con la cabeza, sonrió acariciando su cabello — gracias por las papas, ¿Podrías prepararme unos tocinos? Una hamburguesa con tocino y extra queso, una malteada de fresa y un helado de piña por favor

—Cariño...

—¿Que?

—¿No se te antoja algo más saludable?

Al momento que dice eso mis ojos se llenan de lágrimas, lo empujó rápidamente — vete

—¿Que?

—Que te vayas pedazo de idiota

—Cariño no quería decirte gorda o algo por el estilo...

—No quiero que me hables y no me importa que sea tu apartamento hoy duermes en el piso o en el sofá

Lo escucho suspirar, sinceramente no entiendo mis cambios de humores tan repentinos.

—Perdon, no se que me pasa amor —lo jalo a mi lado—

—Yo tampoco, estás estresada

—Cada vez se está haciendo mas lento el proceso de adopción.

—Ya verás que algún día de estos tendremos a nuestra hija

Nuestra hija, una calidez se hace presente en mi pecho estoy segura que si mi abuela hubiese conocido a mi hija la hubiese adorado como lo hizo conmigo

Acaricia mi vientre, apoyo mi mejilla en su pecho — ¿Por qué acaricias mi vientre? No estoy embarazada

—No lo se, ¿Tienes hambre?

—No, quiero que te quedes conmigo durmiendo —beso la punta de su nariz— 

—¿Tu en un futuro quisieras tener más bebés?

—Si, bueno solos dos. Pero en unos años más ya sabes quiero que nuestra hija se acostumbre a los cambios en su vida.

—Ven, quiero enseñarte algo

—¿Que cosa?

Me pongo las pantuflas, entrelazamos nuestras manos. Estoy maravillada con su apartamento, es grande, espacioso y tiene una vista asombrosa y ni hablar de las cosas que hay en el apartamentom. Ni hablar de los trajes costosos o camisetas que hay en su armario

—Entra cariño, con confianza

Sigo sus pasos ingresando a la habitación que el me está invitando a entrar. Miro el interior, confusa hasta que las luces se prende un lienzo cubierto con una sábana blanca llama mi atención

Amor Fingido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora