Después de cambiarme y salir al pasillo, no llegué ni a dar dos pasos antes de que Ruby se apareciera frente a mí, bloqueándome el paso. Puse los ojos en blanco y suspiré. Último lío que necesitaba en ese momento.—Aron —empezó, con una voz que intentaba sonar inocente, aunque ya sabía adónde iba con esto—. ¿No te parece que te estás complicando demasiado con… —hizo una pausa, con una sonrisa forzada— esa chica?
—Esa chica tiene nombre, Ruby —respondí, intentando mantener la calma, aunque cada palabra que decía me ponía los nervios de punta.
—Dale, Aron. Sabés que tarde o temprano volvés a buscarme. Te vas a dar cuenta de que lo que tenés con ella es solo un capricho, una novedad. Conmigo siempre fue diferente. —Su tono estaba lleno de autosuficiencia, como si yo fuera a aceptar su versión sin más.
La miré un segundo, sin saber si enojarme o reírme. Ella realmente creía que tenía el control.
—Mirá, Ruby. Te lo voy a dejar clarito, ¿sí? —me acerqué, bajando la voz. —Lo que tuve con vos… ya fue. Hace rato.
Ella me miró, confundida, y me di cuenta de que no estaba preparada para que le respondiera así.
—¿Y entonces por qué te hacés el difícil con ella? —siguió insistiendo, sin darse por vencida. —Sabés que volvés a mí, Aron. Siempre lo hacés. ¿Para qué dar tantas vueltas?
Di un paso hacia atrás, cortando la poca distancia que ella intentaba mantener.
—Ruby, yo ya no estoy “volviendo” a nada —respondí, molesto. —Si creés que eso va a cambiar, te estás engañando sola. Dejá de armarte esa película.
Sin decir más, la esquivé y caminé hacia la salida, tratando de sacarme la incomodidad que me había dejado encima. Afuera, vi a Emilia esperándome, con los brazos cruzados y una expresión de fastidio evidente. No sé si era por la espera o porque había visto parte de mi conversación con Ruby, pero no me importaba demasiado en ese momento. Lo único que quería era alejarme de ese lugar y de todo lo que me incomodaba.
—¿Listo? —preguntó Emilia, con una ceja levantada y una nota de impaciencia en la voz.
—Más que listo —respondí, queriendo evitar cualquier comentario al respecto. La última cosa que necesitaba era que ella empezara a preguntar.
Chiara nos esperaba en el auto, y subimos en silencio, cada uno perdido en sus pensamientos. En el asiento delantero, Chiara trataba de llenar el ambiente incómodo con un par de intentos de conversación, pero ninguno de nosotros parecía estar de humor. Yo miraba por la ventana, Emilia se cruzaba de brazos y Chiara suspiraba cada tanto, como si también sintiera el peso de la incomodidad en el aire.
Las luces de la ciudad pasaban rápido mientras nos acercábamos al hotel, pero todo lo que veía eran sombras reflejándose en el vidrio. Sentía el peso de la situación con Ruby todavía en mis hombros, mezclado con la sensación de que Emilia había notado más de lo que quería admitir. Podía sentir su mirada cada tanto, casi como si estuviera esperando que dijera algo, pero no había manera. Hablar solo abriría una puerta a más complicaciones, y ya tenía suficiente.
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Faking Love
Teen FictionLa historia sigue a Aron Müeller, un talentoso piloto de Fórmula 1 cuya reputación como mujeriego ha comenzado a afectar su carrera. Para revertir esta imagen negativa y recuperar el apoyo de sus patrocinadores, su equipo de marketing idea una estra...