Los días entre la fanzone y las prácticas del viernes siempre eran los más cargados, y Mónaco no era la excepción. Apenas terminaba una actividad, otra ya estaba programada: reuniones técnicas, eventos para los patrocinadores, revisiones del auto, simulador, y lo peor de todo, tener que lidiar con Luca.
Mi relación con Luca siempre había sido un terreno minado. Desde que mi padre decidió casarse con su madre, nuestra convivencia pasó de fría a directamente hostil. Ser compañeros de equipo no ayudaba; Luca odiaba estar a mi sombra y yo odiaba su actitud de superioridad. Si fuera por mí, ni siquiera estaríamos en la misma escudería, pero era la decisión de la dirección y a ellos les importaban los resultados, no los dramas personales.
El miércoles comenzó temprano en el garaje de la escudería, el corazón de todo lo que pasa en la pista. Nuestro equipo había bautizado el box como "El Titán," una referencia al tamaño de nuestros motores y a la ambición del equipo. Cuando llegué, los mecánicos ya estaban trabajando en mi monoplaza, ajustando detalles para las prácticas.
—Buen día, Aron —dijo Marc, mi ingeniero de carrera, mientras revisaba unos datos en su tableta—. Anoche hicimos un par de ajustes en el alerón delantero. Deberías notarlo más estable en las curvas lentas.
—Perfecto. En este circuito, cualquier cosa que me dé un par de décimas es bienvenida.
Mientras hablábamos, Luca entró al garaje. **Ya era suficiente con compartir equipo, pero tener que compartir el espacio físico era un castigo.** Él tenía su propia área al fondo, llamada "La Bestia." El nombre siempre me pareció pretencioso, pero era típico de Luca.
—Espero que esos ajustes te sirvan, Aron. Vas a necesitarlos para no quedarte atrás —comentó Luca, con una sonrisa que no ocultaba la intención de molestar.
—Tranquilo, Luca. No necesito que me motives, pero gracias por el intento —respondí sin mirarlo, concentrándome en los datos de mi auto.
—Solo digo la verdad. Ya sabes, algunos tenemos que compensar con talento lo que otros logran con suerte.
—¿Sabés qué? Mejor ocupate de tus tiempos en el simulador. Última vez que revisé, estabas un segundo atrás.
La tensión se podía cortar con un cuchillo, pero ambos sabíamos que no iba a pasar de palabras. Marc me dio una mirada de "déjalo pasar" y continuamos con la reunión técnica.
El resto del día fue una mezcla de preparación y estrés. El equipo trabajaba sin descanso para ajustar cada detalle del auto, desde la suspensión hasta los neumáticos. El calor del garaje, el sonido de las herramientas, y el olor a combustible y goma quemada eran constantes.
En el almuerzo, mientras comía rápido en el área común, Luca volvió a aparecer.
—¿Qué tal va tu preparación, Aron? —preguntó con tono despreocupado, sentándose en la mesa frente a mí.
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Faking Love
Teen FictionLa historia sigue a Aron Müeller, un talentoso piloto de Fórmula 1 cuya reputación como mujeriego ha comenzado a afectar su carrera. Para revertir esta imagen negativa y recuperar el apoyo de sus patrocinadores, su equipo de marketing idea una estra...