Cuando Sasori salió de su recámara, con el cabello chorreando como todas las mañanas y la mirada igual de indiferente que siempre, encontró a su abuela de pie frente a la mesa de trabajo de Sakura. Observaba con atención un par de vasos de precipitados donde reposaba un líquido amarillento: era el antídoto que había visto preparar a Sakura la noche anterior.
- Luce asqueroso. - dijo Sasori mientras Chiyo alzaba frente a su rostro la mezcla que Sakura había hecho. - Demasiado.
- No te lo vas a tomar tú, no tienes que preocuparte. - respondió Chiyo mirándolo con el entrecejo fruncido. - Me sorprende que haya preparado esto en tan poco tiempo. Pero, qué raro. ¿Dónde está esa chica?
Al mismo tiempo que decía eso, Chiyo giró el rostro para buscarla. Sin embargo, Sasori ya la había ubicado: Sakura se encontraba hecha un ovillo en el sillón, abrazándose las rodillas y respirando acompasadamente con los ojos cerrados; tenía una enorme y oscura marca de ojeras debajo de éstos. No era normal en ella que a las nueve de la mañana siguiera durmiendo como un oso en periodo de hibernación.
Sasori se acercó a ella, sólo como si quisiera comprobar que en verdad estaba dormida, que no estaba fingiendo para que creyeran que, en efecto, había pasado en vela toda la noche para preparar el antídoto de Chiyo.
- Imposible. - susurró. - Ha trasnochado sólo para cumplir el encargo que le di, para salvar a una vieja que no conoce... aun después de lo que le dije anoche, ella prosiguió. - esbozó una ladeada sonrisa mientras sus ojos se ablandaban un poco. - Vaya chica.
- Es bastante noble, me sorprende que sea de Konoha. - musitó Chiyo a su lado. - Aún así, me parece que ese sillón es de lo más incómodo, ¿no lo crees? - le preguntó con un dejo de complicidad.
Sasori borró la sonrisa de su rostro y se dio la vuelta. No era muy normal en él observar a otras personas y mucho menos a niñas quejumbrosas que no paraban de restregarle en la cara su estúpida presencia.
- Tú... ¡No te odiaré! - le había gritado Sakura la noche anterior, una vez asimiló las palabras de Sasori. Él podía ver en sus ojos verdes que las lágrimas acudían a ellos aunque ella tratara de evitarlo. - ¡Incluso si me amenazas con matar a mis amigos, incluso si me amenazas con matar a mi maestro, incluso si atentas contra él, yo... yo sé que no lo harás! ¡¿Y sabes por qué?! ¡Porque yo vivo para mantenerlos con vida y un marionetista como tú no me lo impedirá! Así que no me importa que te esfuerces porque te odie o los trucos que uses para ello, ¡no te odiaré! ¿Ha quedado claro?
Sasori frunció el entrecejo. No era como si le fuera a pedir permiso para que la rechazara o le contara sus planes. En ningún momento habían acordado qué sí se podía hablar en esa casa y que no. Además, él no buscaba que ella lo odiara, él no buscaba nada de ella, en realidad. Ni siquiera sabía qué demonios hacía de pie frente a la estufa, mirando cómo el agua se calentaba al mismo tiempo que pensaba en esa estúpida chica.
Tal vez ella no lo odiara nunca, pero Sasori no podía afirmar que el sentimiento fuera recíproco. A pesar de que él nunca le había tomado la menor importancia a cualquiera a su alrededor, esa... mujer se había atrevido a enfrentarlo no una, sino mil veces. Era la primera vez que su mente se ocupaba en una persona que no fuera Kakashi Hatake y le desagradaba.
Volvió su rostro hacia Sakura. Tan inútil, tan escuálida, tan débil, tan todo menos interesante. Así la definiría si se lo pidieran. No obstante, si no tenía nada de interesante, no comprendía qué demonios hacía metida en sus pensamientos. Ya había tenido suficiente con que se metiera a su casa y a su ducha como para que encima de eso, se introdujera en su cabeza.
El plan había sido sencillo al principio: ella sustituiría a Chiyo sin molestarlo o dirigirle la palabra. Todo sería diferente si ella se hubiera atenido a esa única regla que él había impuesto indirectamente. Era estúpida si no se daba cuenta de lo que estaba provocando con su insistencia.
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Artis gratia ars (Longfic SasoSaku)
FanfictionEn un mundo donde Danzou controla a las cinco grandes aldeas a través de trenes, donde no existen ninjas, donde Akatsuki no es lo que todos creían, donde Sasori no posee ilusión alguna y donde Sakura sueña con una revolución; donde ambos consiguen e...