¡Misión: derrotar al enemigo!

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Dedicado especialmente a LastBreathSorrowSS por el apoyo y las risas que ha brindado en este fanfic. Ojalá disfrutes este capítulo tanto como yo lo hice al escribirlo.

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Una fila tras otra se veía en las afueras de la torre de Danzou. Casi trescientos guerreros ANBU le respondían la mirada detrás de las máscaras. Esperaban la orden de su líder, quien encabezaba las filas con su usual máscara de ratón cubriendo su expresión confundida. Por primera vez en mucho tiempo, agradecía no tener que mostrar su cara.

- Konoha siempre ha sido un tren lleno de mentes libres, jamás hemos podido terminar con esos anhelos. - dijo Danzou a sus soldados. - Konoha posee agallas, agallas que lamentablemente tendremos que destruir porque están dirigidas a una dirección equivocada. Se han encerrado a los posibles contrincantes de las aldeas, las verdaderas aldeas, para salvaguardar a las personas. Mantener un mundo sin guerras, sin masacres como la que sufrimos hace cuarenta días por un aliado de Konoha, es una tarea difícil; pero es una tarea que alguien tiene que hacer. Yo he tomado esa tarea porque soy el único capaz de afrontar las reprimendas de los guerreros y porque pocas personas entienden el verdadero funcionamiento del poder. Estos guerreros, liderados por Tsunade Senju, utilizarán su poder para atacarnos, para arriesgar a los civiles. Ésa es la razón por la que exterminaremos a todos los de su clase. En especial, Sakura Haruno morirá.

Nadie respondió. No debían sentir pena, nervios o alegría al saber esa noticia. Una vez habían destruido los ideales de otro tren. Una de las cinco aldeas ya había desaparecido años atrás. El tomar sus armas y pelear contra Konoha no debía significar nada para los ANBU. Y así era para todos; para todos excepto para aquél que dejó salir a los dos cautivos de la Hoja.

Analizó las palabras de Danzou y aunque encontró a un hombre que deseara proteger a los aldeanos sin "agallas", no había encontrado la mejor manera. Excluir a una parte de la población, argumentando que eran una clase de fenómenos, no aportaba valores a la civilización. Cada semana, cuando un tren llegaba, los civiles evitaban tener contacto con los guerreros y éstos ya se habían acostumbrado al rechazo. Sin importar cuáles fueran sus cualidades o defectos, recibían un trato casi despectivo por las personas que vivían fuera de los trenes. Sai seguía sin entender cuál era la razón para sentir repulsión por seres de tu misma especie, que reían, se alimentaban y dormían igual. Asimismo, no entendía por qué Konoha insistía en levantarse en armas y arriesgar la vida de todos los habitantes. Ochenta días atrás, ellos fueron los que sufrieron la masacre. Sai aún sentía en sus manos la sangre del maestro de Ino y eso no lo hacía sentir dichoso.

- ¡Ya es la hora! ¡Anden todos a la calle desierta! - ordenó Danzou alzando el brazo.

Sai encabezó al grupo, caminando hacia el lugar donde, sin saberlo, se encontraba Artis gratia ars, el escondite de Sasori y Sakura, la cueva donde ambos descubrieron el amor. Esa calle también sería el lugar del encuentro entre los rebeldes de Konoha y los ANBU.

Sai suspiró, esperando que el reloj en la torre del hokage marcara las ocho en punto. Desde ese momento, ellos tendrían que esperar a que los guerreros de Konoha llegaran.

Orochimaru y Kabuto miraron a los más de cien hombres que tenían frente a ellos, sin una fila, sin un orden. Todos mostraban en su expresión la sed de la libertad, de demostrar cuán fuertes eran. Todos los fenómenos frente a él, que estiraban sus cuerpos, poseían una fuerza incalculable o fusionaban sus cuerpos, ardían en deseos por cruzar la puerta del calabozo y dirigirse a la calle donde habían acordado asesinar a sangre fría a los miembros de Konoha.

Kabuto miró con especial interés a los cuatro guerreros del sonido. Ellos, más que nadie, parecían ansiar la batalla. Tenían años entrenando y ya querían enseñar qué era lo que sabían hacer. Orochimaru les dijo que su líder se había sumado a Akatsuki, por lo que se consideraba un enemigo más. Taguya, la más enérgica del grupo, alardeó acerca de matarlo ella misma y Orochimaru no le negó el privilegio.

Artis gratia ars (Longfic SasoSaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora