La suave brisa movía las ramas de los árboles. El cielo azul era adornado con unas cuantas nubes, blancas y esponjosas.
La tranquilidad era palpable y solo podía escuchar las aves cantar en esa hermosa mañana.
En un movimiento rápido el viento echó a volar su sombrero, pero este fue atrapado por su amado.
—Cariño, es la tercera vez —Le recordó el rubio con una gran sonrisa, acercándose a él para colocar el objeto en su sitio y robarle un pequeño beso —No quiero que lo pierdas.
—Jamás lo perderia, pero sé que estarás ahí para atraparlo por mi —El pelinegro se abrazó a su cuerpo y hundió su rostro en su cuello, la diferencia de altura le facilitaba la tarea —Y que ya no te iras.
—Nunca —Aseguró dándole un beso su espesa cabellera oscura.
Caminaron hacia el restaurante al que habían decidido asistir por su primer aniversario.
Este estaba en una colina que daba una maravillosa vista a la naturaleza.
Eso era una de las cosas maravillosas en el condado de Berkshire, la conjunción de la ciudad con la naturaleza estaba bastante equilibrada y podían encontrar hermosos lugares como ese restaurante.
Cerca de la carretera, se suponía que era una parada de paso para los turistas. Pero ellos siempre disfrutaban llegar gracias a la vista que daba al colegio.
Al entrar al lugar fueron recibidos por una camarera que los guío a una mesa. Estaban junto a una ventana, asi que podían seguir disfrutando la vista.
Pero ahora sus ojos estaban puestos en el menú, seleccionando lo que iban a almorzar esa mañana.
Y aunque las cartas tapaban la vista del rostro del otro, sus manos se buscaban entre ellas y sus dedos se entrelazaban juguetonamente.
Estaban acostumbrados.
Pero por un momento se sueltan.
Checo está buscando sus lentes, los necesita para leer.
Su pareja lo observa con atención, no puede evitar sonreír cuando lo ve ponérselos con delicadeza. Le resulta simplemente adorable.
—¿Pasa algo? —El príncipe no puede evitar preguntar, lo ha atrapado viéndolo en más de una ocasión.
—No, todo está bien —Respondió el rubio regresando la vista a la carta y escondiendo su ruborizado rostro —¿Ya decidiste que ordenar?
El pelinegro hace una mueca extraña al regresar su vista al menu. Sus labios se juntan como si fuera dar un beso, frunce el ceño y sus ojos se pierden mientras piensa que responder.
Se relame los labios mientras sigue paseando su vista, es demasiado indeciso.
Sin embargo, esto es un deleite para su pareja.
Sabe lo que va a escoger, siempre pide lo mismo.
—Panqueques con mantequilla y jarabe —Respondió Checo mientras bajaba la carta y lo observaba con aquellos ojos marrones con un poco de verde, tan profundos como expresivos.
Tan solo verlo le arranca un suspiro al rubio.
Intenta concentrarse para no parecer un obsesionado, pero ¿Quién puede culparlo?
Habían pasado 24 largos años lejos del otro, un verdadero infierno.
Ahora estaban juntos, un año como pareja libre y feliz.
Sin importar cuánto tiempo había pasado, Max todavia se sentia un joven enamorado y se podía notar con solo mirarlo un poco.
—Creo que pedire lo mismo —Afirma el rubio bajando la carta para mirarlo a los ojos —¿Con un jugo de naranja?
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𝓑𝓵𝓾𝓮 𝓥𝓮𝓵𝓿𝓮𝓽~ᶜʰᵉˢᵗᵃᵖᵖᵉⁿ
Fiksi PenggemarEl colegio Worsley recibe cada año a los hijos de los hombres más importantes de la alta sociedad. Un internado inglés donde los jóvenes desarrollan sus talentos en las artes y deportes, creando un ambiente de competencia entre los futuros lideres d...