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JULIETADecidí intentar ignorar la presencia de Luca para que no me arruinara la noche. Lo saludé igual que a todos los demás, pero nada más que eso.
El resto de los amigos y amigas de Ale me trataron de una manera espectacular, haciéndome sentir parte del grupo.
En un momento de la noche, yo estaba en un sillón, sentada en las piernas de Ale. Ya estábamos todos bastante "entonados", por así decirlo, y de repente veo que Luca empezó a acercarse a nosotros con una media sonrisa que, obviamente, ocultaba una intención.
-Mirá dónde nos venimos a encontrar, Juli -dijo Luca con una falsa simpatía.
Intenté disimular la incomodidad, pero sentía sus ojos clavados en mí, como si estuviera analizándome e intentando intimidarme con cada palabra y mirada. Ale, sin entender nada, sonrió.
-¿Ya se conocen? -preguntó Alejandro, mirándonos a Luca y a mí.
-Sí, sí, nos cruzamos en ciertos... lugares -notaba un tono burlón y pillo en la voz de Luca, como si tuviera algo más desagradable que agregar a la conversación.
A pesar de odiarlo, le hice gestos con la cara, pidiéndole por favor que no dijera nada comprometedor sobre mí. Si bien nunca le oculté a Ale mi trabajo nocturno, no me gustaba hablar de eso, mucho menos que otros lo mencionaran.
-Sí, algo así... -respondí entre risas nerviosas.
-Ah, bueno, mejor entonces -dijo Ale, aliviado, como si fuera una gran noticia.
Por suerte, Luca se fue después de eso, y yo suspiré, cerrando los ojos, liberada de su presencia.
-Che, linda, ¿te sentís bien, no? Es que Luca a veces es medio raro con las cosas que dice.
¿Y yo qué iba a responderle? Obviamente, no iba a contarle que su amigo fue cliente mío. Tenía que aparentar estar perfecta y muy cómoda con el entorno.
-Todo bien, Ale, tranqui -le dediqué una sonrisa ligera y, seguido de eso, posé mis labios en los suyos, uniéndolos en un beso.
(...)
Para mi sorpresa, la fiesta había seguido de maravilla, con juegos, charlas graciosas y mucho alcohol de por medio.
Ale me estaba mostrando algo con el celular, y me di cuenta de que Luca estaba grabándonos. Era obvio, no estaba disimulando mucho tampoco. De todas formas, decidí fingir que no me estaba dando cuenta.
Un rato después, decidí ir al baño para retocarme un poco la cara, que seguro se me veía bastante desprolija.
Al entrar al baño y cerrar la puerta, escucho como esta vuelve a abrirse y cerrarse. Al darme vuelta, lo vi a Luca otra vez cerca mío.
Supongo que la confrontación de aquella noche de hace un tiempo iba a retomarse.- Sos increíble vos, flaca, ¿con todos mis amigos vas a estar? ¿no te da vergüenza cogerte a cualquier tipo que te de un toque de atención? - preguntó con un tono violento y medio susurrado.
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GANAS DE VERTE | guido sardelli - airbag
RandomEsta es la historia de Guido Armido Sardelli (35 años), y Julieta Parisi (24 años). Julieta es una prostituta. Tuvo que acudir a dicho "trabajo" por urgencias económicas, lo que la llevó a una cueva de sufrimiento, presión y ansiedad constante. En...