18. Divergente.

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Este capítulo está relacionado con el capítulo 19 de "Sin Omega".


La conversación con mi madre me dejó extrañamente feliz, podía imaginar aquel día, cuando presentara a mi omega con mis padres y también me imaginé a mi madre escondiendo su descontento detrás de una gran sonrisa fingida.

Mientras tomaba mi café, recibí la primera llamada de la mañana:

- ¿Cómo has estado, Zee?

La voz de mi amigo me llenó de nostalgia. Era la primera vez que pasábamos tanto tiempo sin hablar.

- Estoy muy bien, Saran. ¿Y tú? ¿Cómo se encuentra tu familia?

- Los tres estamos bien.

Sonreí y los imaginé felices.

- Zee, Nat me dijo que te ha visto en el hospital. ¿Qué hacías allí? ¿Tu salud se encuentra bien?

- Mi salud está bien, Saran. No debes preocuparte por mí...

- ¿Entonces, qué hacías allí?

- Pagaba... - Recordé en voz alta.

- ¿Qué?

- ¿Nat está bien? ¿Qué hacía allí en el hospital? – Esquivé la pregunta.

- La lactancia lo ha dejo un poco débil. Fue a consulta con un especialista, para recuperar fuerzas.

Permanecí en silencio sin saber que más agregar. Esos eran temas muy alejados de mi realidad: bebés, lactancia, etc.

- La última vez que nos vimos, buscabas a alguien. – Continuó mi amigo.

- Así es.

- ¿Has encontrado a esa persona?

- Creo que sí.

- ¿Aún no estás seguro? – Preguntó anonadado.

- Es complicado...

- Ya veo – Pensó. - ¿Me dirás de quien se trata?

- Pronto lo sabrás, Saran. Lo prometo.

Saran volvió a sumergirse en sus pensamientos y finalmente dijo:

- Lo esperé con ansias, amigo.

Nos despedimos prometiendo que pronto nos encontraríamos, ya no éramos esos niños que peleaban por todo. Habíamos madurado.


Mientras tamborileaba mis dedos sobre el mármol de la cocina, pensando en como habían cambiando nuestras vidas, recibí un mensaje repetitivo:

"Señor Panich, le reitero mi pedido. Sugiero que su visita a las instalaciones del laboratorio 0121 se realice a la brevedad. El comienzo en las pruebas se ha retrasado debido a su ausencia. Tenga en cuenta que la experimentación, análisis y resultados requieren tiempo. Desde ya muchas gracias. Dra. Hellewell."



A pesar de todo, me presenté en la casa de mi omega: feliz y risueño.

- Buenos días. – Saludé eufóricamente.

Había soñado con su piel durante toda la noche.

CORONA DE SANGRE (Parte 2: "Con Alfa")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora