CORONA DE SANGRE (Parte 2: "Con Alfa")

11. Enroque.

(Este capítulo está relacionado con el capítulo 8 de la primera parte: "Sin omega")

Tal era mi emoción que no me creía capaz de dormir esa noche. Di vueltas de un lado a otro de la habitación, buscando las prendas que vestiría al día siguiente. Debía dar una buena impresión. Una parte de mi, gritaba a viva voz que una vez que nuestras miradas se cruzaran, la magia emergería y nos enlazaría de por vida. Pero no podía arriesgarme, tenía que tener cubiertas todas las opciones.

Seguía eligiendo prendas cuando una alerta de mensaje en el teléfono, me interrumpió. Rápidamente busqué el móvil entre las camisas y al revisar la pantalla me encontré con un mensaje de NuNew Chawarin Perdpiriyawong French.

Consternado, permanecí algunos minutos frente a la pantalla.

Abrí el archivo adjunto y me sorprendí al encontrar páginas y páginas de preguntas. El joven Perdpiriyawong no bromeaba, esto realmente era serio. Arrojé la prenda que sostenía y me concentré en responder el cuestionario.

***

Después de las amenazas paternas, implementé la costumbre de conducir por la ciudad por más de treinta minutos. Confiaba que los persecutores, contratados por mis padres, continuaran haciendo su trabajo.

Lo más inteligente era actuar con precaución, por lo que tomé una ruta diferente a la que me llevaría directamente a la casa del joven Perdpiriyawong French y cambié de vehículo durante el trayecto.

Llegué a la hora indicada.

A pesar de todo, algo dentro de mí, me decía que todo esto era fruto de un sueño y que despertaría en mi hogar gris y solitario en cualquier momento.

Estacioné el auto en aquella entrada que había visitado una docena de veces en el pasado. Siempre esperé la apertura de esa puerta, pero jamás obtuve respuestas. Ese día iba a ser diferente.

Caminé lentamente a la entrada, temiendo ser ignorado nuevamente y con todas las dudas instaladas en mi semblante, presioné el botón.

Nadie respondió.

Giré automáticamente, cubriéndome el rostro. ¿Realmente había mantenido una conversación con el joven Perdpiriyawong el día anterior? ¿O mi mente finalmente había caído en la locura?

- ¿Señor Pruk Panich? ¿Es usted? - escuché a mis espaldas.

Giré sobre mis talones buscando la pantalla, pero la emoción me impidió encontrarla.

- ¡Lo soy! - grité.

Segundos después, mi teléfono comenzó a vibrar, guiado por la llamada del joven Perdpiriyawong:

- Buenos días, señor Pruk Panich.

La voz se oía extraña, pero claramente era él.

- Puede llamarme Zee - sugerí.

- Buenos días, señor Pruk Panich. - Insistió y las puertas comenzaron a abrirse para mí.

Al fin vería el interior de la residencia.

- Avance hacia la casa y deténgase frente a la fuente. Allí encontrará la entrada al laboratorio, cerca de los arbustos. - Indicó el joven Perdpiriyawong al teléfono.