21. Tu mano.

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Este capítulo se correlaciona con el capítulo 21 de "Sin Omega"


No podía dormir, seguía sin poder creer que mis deseos finalmente se cristalizaban frente mis ojos.

Emocionado sí, pero también muy asustado: el pensarme sosteniendo la mano de NuNew Perdpiriyawong French frente a mis padres era un deseo constante que pedía cada cumpleaños, pero que parecía lejano y muy fantástico; y eso me preocupaba.

Anticiparme a las catástrofes era uno de mis talentos y la razón por la que mi gestión al mando de las empresas familiares, era tan exitosa. Mi cabeza originalmente era invadida por pensamientos pesimistas, eso me permitía visualizar una gran variedad de desastres desde los más leves hasta los más catastróficos, y de ese talento surgió el primer problema a solucionar: Rally Germain.

- Buenos días, señor Panich. - Inició Rally atendiendo mi llamado telefónico.

- Señor Rally... este es un día glorioso y espero que para usted también lo sea. - Le dije en forma de saludo.

- ¿Qué lo hace tan glorioso? - preguntó con curiosidad.

- Antes de explicarlo, debo hacerle un importante anuncio.

Tenía un plan, pero al momento de enfrentar a Rally ese plan, me pareció un poco agresivo:

- ¿Qué ocurre, Señor Panich? - Volvió a preguntar, pero ésta vez preocupado.

- Estoy un poco nervioso... - Confesé.

- ¿Nervioso? ¿Por qué se encuentra nervioso?

- No sé cómo decir esto... - mentí. Mi discurso estaba escrito en mi cabeza... desde hace meses.

- Me está preocupando...

- Lo diré. Y espero que no se moleste conmigo o con la situación.

Rally permaneció en silencio a la espera de mis siguientes palabras:

- ¡Iniciaré el cortejo sobre el joven Perdpiriyawong!

- ¡¿Cómo?!

- Estamos en una relación.

- ¡¿Qué?!

- Le pido que me acepte como su pareja.

El hombre no pronunció ni una sola palabra durante los siguientes segundos.

- ¿Señor Rally?

- Sigo aquí... estoy un poco conmocionado. - Expresó lentamente.

- Entiendo... ¿esto le molesta?

- Aún no lo asimilo.

- Lamento que tengamos esta conversación a través de este medio, juro que no quería que fuera de esta manera.

Lo decía en serio, yo deseaba una reunión en un jardín lleno de flores, un micrófono y una ronda de aplausos, pero mí obstinado omega había acabado con todas esas ilusiones.

- ¿Dice que usted y mi criatura están en una relación? ¿Amorosa? ¿Ambos?

No me agrado la desconfianza y la incredulidad que acompañó a esa frase, pero nada podía hacer al respecto.

- Así es... - Sonreí - Y me gustaría contar con su apoyo.

- Estoy un poco decepcionado... - dijo haciendo que me concentrara más en la conversación - ¡Mi criatura ya no es un bebé!

CORONA DE SANGRE (Parte 2: "Con Alfa")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora