26. En la joyería.

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Volví a llamar a Nell por enésima vez en el día, quería que me informara sobre el estado de salud de mi omega, pero solo se limitó a responder de igual manera:

"El joven Perdpiriyawong se encuentra dormido, deja de molestarme".

Supuse que dormir, le ayudaría a sanar las heridas y me consolé con la idea de que al menos no saldría de la casa, pero realmente no era un consuelo, más bien era una cadena con la que me ataba un pie y evitaba correr hacia él.


***


Este día estuvo curiosamente desbordado de actividades que me dejaron muy poco tiempo libre. Una reunión tras otra, sin tiempo para un almuerzo o para reprimir mi deseo de destrucción. Tuve pesadillas durante toda la noche pasada, en ellas NuNew me llamaba o se encontraba al borde de la muerte.

Estuve a punto de perder la razón, por lo que tomé uno de los autos y conduje hacia la residencia Perdpiriyawong en medio de la noche. Me estacioné cerca de la entrada, no supe si se debía a la cercanía o la seguridad de que conmigo allí él estaba a salvo, pero afortunadamente pude conciliar el sueño.


Cuando concluí mis actividades en la oficina y mientras era conducido a la residencia Perdpiriyawong nuevamente, recibí la llamada de mi madre:

- ¿Zee donde te has metido? Llevo todo el día intentando comunicarme contigo.

- Estuve ocupado, madre.

- ¿Te reuniste con el duque Loftus, verdad?

- Así es. – Respondí molesto, me había olvidado de ese pervertido. - ¿Por qué lo preguntas?

- El duque habló con tu padre y le dijo que lo abandonaste en medio de un almuerzo de trabajo.

- Así es... eso hice.

- ¿Qué ocurrió? – Preguntó con preocupación.

- Surgió algo más importante – Escondí.

Mi voz se quebró al pronunciar aquello.

- Tarde o temprano lo sabré. – Profetizó la mujer al otro lado de la línea.

- Lo sé, madre, pero prefiero no decirlo ahora.

- ¿Se trata de mi bebé?

- No, madre. Él se encuentra bien.

Definitivamente no podía hablar, si mis padres se enteraban de los ataques, probablemente encerrarían a cada uno de los atacantes o peor aún, encerrarían a NuNew en la mansión del bosque, procurando su seguridad.

- ¿Recogiste los pendientes de la joyería? – Siguió la mujer después de un amargo silencio.

- No lo hice.

- ¡Zee! ¿En qué estás pensando? ¡Tienes que iniciar el cortejo, ya mismo!

- Lo sé, madre pero realmente estuve ocupado.

- ¿Qué puede ser más importante? – Recriminó.

Tenía razón, no había nada más importante que mi omega.

- Nada... nada es más importante que él.

- No olvides lo que te dije, ese niño es muy especial... cualquiera quisiera arrebatárnoslo.

CORONA DE SANGRE (Parte 2: "Con Alfa")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora