20. Trato cerrado.

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Este capítulo está relacionado con el capítulo 20 de "Sin Omega".


***

Después de quitarme el olor a hospital con un ducha caliente, tomé el teléfono nuevo que Lois compró para mí.

Cientos de mensajes y llamadas perdidas de Nell, desbordaron la pantalla.

Le mandé un mensaje preguntando si podía llamarlo y un segundo después obtuve su respuesta.

"Sigues vivo, maldito infeliz"

Después de leer su mensaje, recibí su llamado:

- ¡Zee! Vas a matarme de un susto. ¿Estás bien?

- Lo estoy, Nell. ¿Es seguro que hablemos?

- Sí, estoy en la garita de ingreso. Estoy solo y lejos de las casas.

- Bien.

- ¿Qué demonios ha ocurrido? Me prometiste que nada malo sucedería y casi, se me va la vida por el culo.

- Lo lamento.

- ¿Y tus hombres, Zee? ¿Por qué demonios no intervinieron para ayudar?

- ¡No! ¡Mis hombres no pueden acercarse a NuNew!

- ¿Cómo? ¿Y qué carajos vamos a hacer si alguien intenta atacarlo? Pudimos contra ti, gracias a los inhibidores.

- Nell, eso no volverá a ocurrir.

- ¡A la mierda con esto, Zee! Creí que estaría a salvo aquí, pero en la primera semana de trabajo, ocurre esto. ¡Me voy!

- ¡No, Nell! Te lo imploro. Te necesito allí.

- Zee, tú no sabes lo que yo vi. No eras tú. ¿Qué te hizo NuNew Perdpiriyawong French?

- No es su culpa. - Solté inconscientemente.

Se estaba haciendo una costumbre no tan sana justificar las acciones de ese omega.

- ¿Qué ha ocurrido contigo, Zee? Es bastardo te trata como un muñeco de trapo y tu sonríes y regresas. Te ha convertido en su ratita de laboratorio. ¿Cómo puedes aceptarlo? ¡Va a matarte!

- Nell, no es lo que piensas.

- Yo lo vi, Zee. No tienes que mentir.

- ¿Qué viste?

- Todos escuchamos el estruendo. Ingresamos al laboratorio y te vimos destrozando todo a tu paso. Lo buscabas a él. Pronunciabas su nombre, llamándolo. Dime, ¿Qué hubieras hecho si lo encontrabas? ¿Te has puesto a pensar en eso?

No lo había pensado.

- Nell...

- Dame un motivo por el cual deba quedarme, Zee.

- Él es mi omega destinado.

Lo había dicho muchas veces, pero esta vez era diferente. Antes, no tenía certezas. NuNew podía ser solo un capricho, un dulce manjar que quería degustar, pero ahora estaba completamente seguro. Él era mi omega destinado. El destino me lo había entregado. Era mío, al igual que yo era suyo. Esto no se trataba de obsesión o locura, los dioses habían estipulado nuestra unión. Yo solo seguía ese mandato. Y estaríamos unidos, si sus padres no hubieran cometido ese atroz crimen.

CORONA DE SANGRE (Parte 2: "Con Alfa")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora