Regresé a mi casa, volando en una nube. Me sentía extasiado, omnipotente... feliz.
Tomé un baño ligero, me senté en la cama con la tableta en la mano y mientras revisaba los mensajes de Lois, tomando un suave té de manzanilla, me quedé dormido.
De pronto, el estridente sonido del teléfono, me interrumpió.
Era mi madre.
- ¡Mamá! Ya es muy tarde... ¿Qué ocurre? - Indagué mirando el reloj que recién anunciaba la medianoche.
- Zee, tienes que venir a la casa ahora mismo.
- ¿Por qué? ¿Le sucedió algo a mi padre? ¿Tú estás bien?
- ¡Es urgente! ¡Regresa, ya!
Entré en pánico, era justo que después de tanta perfección algo saliera mal. Así es la vida: te permite ser feliz por algunos minutos, elevándote hacia el cielo, para luego arrojarte, sin asco contra el piso, en una forma de recordarte que no hay gran diferencia entre tú y una bolsa de excremento, cuyo fin es el vertedero municipal.
Intenté obtener más información pero la llamada terminó abruptamente.
Salí corriendo aturdido por el sueño, en pijama, con una sola pantufla y preso del pavor.
***
Ingresé a la mansión del bosque corriendo:
- ¡Mamá, papá! ¿Dónde están? - Grité por la casa, buscando a los dueños del lugar.
Corrí por el salón hacia el jardín, pero los oí gritar mi nombre desde el interior del comedor principal. Me dirigí hacia ellos completamente agitado y los encontré junto a la mesa:
- Hijo, siéntate - dijo mi padre señalando la silla que los enfrentaba.
Los inspeccioné de pies a cabeza, no había ningún tipo de herida o mueca de dolor en sus rostros.
Inspiré una gran bocanada de aire, el terror se negaba a abandonar mi cuerpo, no iba a bajar la guardia. Estaba seguro que algo malo me esperaba.
- Tenemos que hablar. - Agregó mi madre con una expresión seria y la contundencia propia de un juez.
Lo sabía, algo malo estaba a punto de ocurrir e intuía que se trataba de NuNew.
- De acuerdo, hablemos. - Acepté listo para todo.
- Tu padre y yo... ambos... estuvimos discutiéndolo... - Inició mi madre - y llegamos a una conclusión.
- ¿Qué conclusión? - Pregunté ansioso, la intriga me estaba causando una úlcera estomacal.
- ¡Queremos a ese omega! - Dijeron al unísono.
Descompuse el conjunto de palabras que mis padres pronunciaron con absoluta solemnidad. Busqué el significado de cada una de ellas en el diccionario que tenía en mi cabeza recién salida de la cama y no pude llegar a ninguna conclusión aceptable.
- ¿Eso qué significa? - Pregunté, sintiéndome tonto.
Mi madre dejó escapar un suspiro de impaciencia y comentó:
- Queremos que nos traigas la mano del omega.
Esa frase resultó aún más indescifrable. ¿Necesitaba un traductor? ¿Era demasiado tarde para mi cerebro?
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CORONA DE SANGRE (Parte 2: "Con Alfa")
FanfictionCon una vida perfecta, un trabajo sencillo y un amigo leal, Zee esperaba solo cosas buenas para él. Todo eso cambió un día cualquiera, luego del cual, su propio cuerpo se vuelve su peor enemigo. ¿Quién es el responsable de este caos?