Mientras Tom llegaba a su departamento, el peso de la soledad lo envolvía como una sombra. Quería descansar, pero su mente estaba llena de pensamientos sobre Bill, de cómo su risa iluminaba los momentos más oscuros. La idea de estar solo lo aterraba; las pesadillas que lo habían perseguido en el pasado amenazaban con regresar, y no podía soportar la idea de enfrentarlas sin la presencia reconfortante de Bill.
Por otro lado, Bill, al llegar a su casa, no podía sacudirse la preocupación que sentía por Tom. Sabía que su ahora novio estaba lidiando con batallas internas que a menudo se ocultaban tras una sonrisa. La distancia entre ellos se sentía como un abismo, y cada hora que pasaba sin saber de él aumentaba su inquietud. Bill se preguntaba si Tom había conseguido dormir, si las pesadillas lo habían atrapado en su mundo oscuro.
La incertidumbre llenaba el aire, y ambos deseaban estar juntos, pero las circunstancias los mantenían separados. Tom anhelaba la calidez de Bill, mientras que Bill deseaba poder proteger a Tom de sus propios demonios. Esa noche, mientras la luna iluminaba la ciudad, ambos se sumergían en sus pensamientos, deseando que el destino les concediera una oportunidad para reencontrarse y enfrentar juntos lo que les esperaba.
Tom tomó su teléfono y, con el corazón acelerado, marcó el número de Bill. Al sonar la llamada, sintió una mezcla de nervios y emoción.
—Hola, Bill —dijo Tom, su voz suave y llena de cariño.
—Hola, Tom. ¿Cómo estás? —respondió Bill, sonriendo al escuchar su voz.
—No sé, me siento un poco perdido sin ti aquí. Desearía que estuvieras a mi lado —confesó Tom, sintiendo el nudo en su pecho.
—Yo también, Tommy. La cama se siente tan vacía sin ti. Me encantaría que estuvieras aquí para abrazarme mientras dormimos —dijo Bill, su tono lleno de ternura.
—Sí, me encantaría eso. Tu calidez siempre me hace sentir seguro. A veces, solo necesito saber que estás cerca —respondió Tom, sintiendo una oleada de amor.
—Siempre estaré aquí para ti, Tom. Aunque estemos lejos, siempre puedes contar conmigo. Eres muy importante para mí —dijo Bill, su voz firme y reconfortante.
—Y tú para mí. Me haces sentir que todo es posible. Solo quiero que llegue el momento en que podamos estar juntos de nuevo. Imaginarlo me ayuda a dormir mejor —murmuró Tom.
—Pronto estaremos juntos, lo prometo. Solo piensa en esos momentos en la playa, disfrutando del sol y del mar. Eso nos espera —dijo Bill, llenando a Tom de esperanza.
—Sí, eso suena perfecto. No puedo esperar para compartir esos momentos contigo. Te extraño tanto, Bill —susurró Tom, sintiendo que su corazón se llenaba de amor.
—Yo también te extraño, Tom. Recuerda que siempre estoy contigo, en cada pensamiento y en cada sueño. Te quiero —dijo Bill, su voz suave como un susurro.
—Te quiero, Bill. Hasta pronto —respondió Tom, sintiendo que la conexión entre ellos lo envolvía como un cálido abrazo.
Ambos colgaron, sintiendo que, a pesar de la distancia, su amor seguía siendo fuerte y verdadero.
Era de noche y la luz de la luna pintaba el cielo oscuro. Tom estaba inquieto, dando vueltas en la cama, incapaz de encontrar la paz. Sus pensamientos giraban en torno a cómo le diría a Bill su secreto, el peso de la verdad sobre el asesinato de Jessica lo atormentaba.
Cada vez que cerraba los ojos, la imagen de Bill sonriendo se desvanecía, reemplazada por la sombra de su secreto. ¿Cómo podía arruinar lo que tenían? Sabía que debía ser honesto, pero el miedo a perder a Bill lo mantenía despierto, su corazón palpitando con fuerza.
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Sin Salida
FanfictionEstar en un cuarto frío y oscuro, teniendo un reflector de luz blanca apuntando a tus ojos es totalmente incómodo, esperando a que alguien entre, en un profundo silencio, mi mente había bloqueado todo recuerdo de esa noche, solo se que mis manos y m...