AZURA
El ardor que me produce la herida en mi hombro, es insoportable, necesitaba de un buen analgésico, pese a que la loca que me tiene secuestrada en un hotel de mala muerte, me sacó la bala e hizo curación, duele. No entiendo nada, solo sé que la desgraciada me apuntó, me disparó y me amenazó con hacerle daño a Rayan si no iba con ella, mostrándome una fotografía en donde aparecíamos ambos riendo en una de las fiestas de sus descerebrados amigos.
Intento respirar lento, mantener la calma, buscar una vía de escape, pero no encuentro nada, no hay nada ni nadie que me pueda ayudar, tampoco es como que el estado en el que me dejó me ayude mucho; amordazada, esposada a la cabecera de una cama y los pies atados, joder, sin contar mi estúpido atuendo de muñeca. Cuando desperté ya me encontraba así, lo sé porque frente a la cama hay un enorme espejo que cubre una pared entera.
Me puso un vestido blanco al mero estilo victoriano, con un escote prominente, listones dorados por todos lados, bucaneras blancas y valerianas rosa pastel, recogió mi cabello castaño claro en dos perfectas coletas con risos, e incluso me maquilló de una manera en la que me recordaba realmente a las muñecas de porcelana victorianas. Intento moverme y suelto un quejido que se opaca con ruido de la puerta principal al abrirse.
La chica rubia de ojos azules entra, cierra con pestillo y al instante se quita la peluca dejando su melena oscura a la vista, las lentillas para darle paso a unos ojos tan oscuros como la noche más aterradora de un cuento de terror. Lanza todo al otro extremo de la habitación y deja las bolsas sobre la mesa que hace de comedor.
En su ausencia pude estudiar la estancia y deduzco que lleva meses viviendo aquí, sola, no hay grandes cosas que me digan cómo es, solo hay un televisor que parece ser lleva meses descompuesto, no me muevo, solo observo detallando cada uno de sus movimientos.
—Rayan ya sabe la verdad —dice sacando sus compras—. Es decir, ya sabes, toda esta mierda de que te tengo secuestrada y así.
Saca litros de leche, cereales y filetes de pescado refrigerados, comienza a ordenar las cosas en la alacena de madera y en la nevera, prosigue sacando un tarrón de helado de chocolate, dulces, pan, huevo, jugo de naranja y... ¿Un maldito vibrador? El miedo comienza a paralizarme.
—Sabía que ya te tenía bien vigilada con el rastreador, te quiere, pero no tanto como a mí, bueno, al menos dejará de hacerlo cuando vea tu quiebre —suelta una risita que me eriza la piel.
Se dirige a otra de las bolsas y saca dos paquetes de hamburguesas, se quita la sudadera y le da un mordisco a una, el rugir de mi estómago le llama la atención y gira en mi dirección, enseñándome sus dientes afilados.
—Qué mala anfitriona soy —ironiza acercándose a mí con la otra hamburguesa en mano—. ¿Tienes mucha hambre?
Niego con la cabeza al instante en que se sube a la cama y se sube encima de mí a horcajadas, mi estómago vuelve a hacer ruido y maldigo mentalmente a mi organismo idiota que no me ayuda en los mejores momentos.
—Eres muy hermosa, muñequita —me quita del rostro un mechón de mi cabello rebelde, colocándolo con cuidado detrás de mi oreja—. Tú no tienes la culpa, es Rayan quien decidió enamorarse de ti, lo sé, pero es que escucha, si tú dejas de existir, tendré la oportunidad por la que siempre luché.
Le da un mordisco enorme a su hamburguesa y su peso sobre mis piernas me produce asco, come como marrana y eso no lo tolero. Falta de modales, eso es lo que tiene además de la demencia.
—Él me quitó la virginidad ¿sabes? Fue la mejor noche de mi vida, lo disfrutamos bastante, ya sabes, como la escena del diario de Noa cuando tienen ese reencuentro luego de años sin verse y follan después de que se empaparon y pasaron la tarde en el lago con patos y toda esa mierda incómoda.
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Amor Posesivo © [COMPLETA]✅
RomanceElla está a punto de adentrarse a un juego peligroso, un juego en el que siempre hay un solo ganador, un juego llamado A.M.O.R Es el último año escolar, y la entrada a la Universidad está a la vuelta de la esquina, Azura lo sabe, el tiempo se le ag...