Amor Posesivo © [COMPLETA]✅

Capítulo 29

AZURA

Los nervios me contraen los músculos, el miedo se apodera de mí por un par de segundos, pero en estas últimas semanas he aprendido a hacer lo que debo hacer para sobrevivir, para romper poco a poco lo que me ata al pasado, y esto es algo que necesito, no me enorgullece, no me siento ya como la chica buena que creían todos que era, no, soy una maldita perra egoísta, y eso es lo que aprendí de él.

Desde aquella noche no he pronunciado su nombre, no lo merece y me obligo cada día a empujar su recuerdo hacia las profundidades de las aguas negras que ocultan mis más grandes secretos. Observo al chico de ojos azul zafiro que está mirándome como nunca podré hacer.

—¿Estás segura? —traga grueso.

Suelto mi cabello castaño claro dejándolo caer en ondas sobre mis hombros y termino de bajarme las bragas, sigo con el sostén y me muerdo el labio inferior. Sam me mira como una mujer segura, pero vamos, tengo apenas 19 años, pronto cumpliré veinte, eso es seguro, no tengo padres y la única familia que me queda está viviendo en los Ángeles, amigos solo me queda Marisol y Sam, quienes se han convertido en un comodín. Pero en el fondo sigo siendo esa misma chica temerosa de lo que va a ocurrir, porque lo va a hacer.

—Claro, es lo que quiero ¿eso le dices a todas las chicas con las que te acuestas? —suelto una risita nerviosa que él no secunda.

Después de todo él sabe que solo he estado con un chico.

—No, pero tú no eres solo una chica, eres...

Niego con la cabeza y le hago callar besándolo, me subo a horcajadas sobre él.

—La última vez que alguien me dijo que era especial, todo se fue a la mierda, no lo arruines.

Y diciendo esto dejo que me penetre, sin dejar de pensar en el signo positivo que apareció en la prueba que permanece escondida dentro de uno de mis cajones. Al final del día aprendí a no ser la buena, la gente siempre miente, es como si estuviera en su ADN, siempre te van a romper el corazón, hay quienes te convierten en monstruos marchitos, como lo hicieron conmigo, pero siempre hay opciones.

Yo le di a elegir, ahora, a mí me toca tomar una decisión, y pese a que Marisol está en desacuerdo, vamos, solo aprendí del mejor, del maestro de las mentiras, la diferencia es que ahora soy yo quien mueve las piezas en el tablero.