Capítulo 42

277 9 0
                                    

AZURA

No dejo de darle vueltas al asunto, luego de haber escuchado a escondidas que Rayan piensa pelear frente a miles de personas, contra Diamond, hace que sienta que de nuevo estoy viviendo en una pesadilla que tal parece nunca va a acabar. Siento que me he traicionado, y es que, por segunda vez en un día, he dejado que me folle, le abrí las piernas al chico que me trató como mierda hace dos años.

Los balbuceos de Yelena hacen que regrese y la cargue, se parece tanto a Rayan que es imposible seguir ocultando de quién viene.

—Tienes hambre, eh —la cargo y ella sigue con lo suyo.

Todavía no habla bien, pero sí ha aprendido muchas palabras, una de ellas y la más reciente fue "Papá" Joder. Me dirijo hasta la pañalera y saco uno de sus biberones, a ella le gusta la leche tibia, por lo que con ella en brazos salgo y termino deteniéndome a mitad del pasillo cuando la voz melosa de Cristal, me golpea fuerte.

«Maldita zorra»

—¿Y qué hay con nosotros? —pregunta y la sangre se me congela.

—No hay un nosotros, Cristal, lo sabes bien, nunca lo hubo —responde Rayan quitándome parte del peso.

—Sabes de mis sentimientos, siempre lo has sabido, me gustas, estoy enamorada de ti, y tú solo...

—Nunca te he dado falsas esperanzas, todos saben que la única mujer que me ha interesado todo este tiempo, es Azura, siempre fue ella y siempre lo será —siento un cosquilleo en el estómago y una estúpida sonrisa se dibuja en mi rostro—. Ahora tenemos una hija en común, ellas dos son lo único que me importa.

—Pero tú y yo...

Suficiente, salgo de mi escondite viendo cómo Cristal lo rodea con sus brazos al tiempo que él intenta apartarla, los ojos azules de Rayan me miran y luego se anclan en nuestra hija. Se aleja de Cristal y la miro con triunfo, cosa que le molesta. Me he cambiado de ropa, ahora traigo puestos unos jeans oscuros, una blusa de manga larga blanca, y el pelo suelto.

—¿Puedo? —me pregunta el padre de mi hija.

Asiento y se la doy, es mejor que se familiarice Yelena con él, temo que haga una rabieta, ya que no le gusta mucho la gente extraña, pero para mi sorpresa no sucede nada de eso. Todo lo contrario, ambos; padre e hija, se quedan mirando fijamente, ella le sonríe y él le pide que le diga papá, ella lo hace terminando de estrujar mi corazón.

—Necesito calentar su leche —le digo a Rayan.

—La estufa la estoy ocupando yo... —añade Cristal con voz arisca, golpeando con el pie el suelo para que se haga notar su presencia.

—Quita tus cosas —ordena Rayan mirándola con ojos asesinos—. La leche de mi hija es más importante que tus cosas, y Azura —esta vez se dirige hacia mí y me da un beso en los labios que dejo pasar solo para hacer enojar a la arpía que nos mira—. Tú puedes tomar y hacer lo que quieras en el departamento.

—Gracias —respondo.

Rayan va hacia la sala principal y yo me dirijo hacia la cocina, atrás de mi viene Cristal echando humo, quita las cacerolas que ocupaban todo y las azota contra la encimera.

—No me lo vas a quitar —dice por lo bajo y yo hago lo mío sin prestarle atención.

Vale, me seguía gustando Rayan, y sí, nunca lo he podido olvidar, me ha follado, pero eso no quiere decir que lo he perdonado por tratarme mal hace dos años, aún nos hace falta hablar de muchas cosas. Pero eso no significa que me vaya a pelear con una puta, por el padre de mi hija, no caería tan bajo.

Amor Posesivo © [COMPLETA]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora