Cápsula de amor propio #4

8 0 0
                                    


No lo extrañas, te extrañas a ti

Es natural sentir ansiedad por la ausencia de alguien con quien compartiste una parte significativa de tu vida. La sensación de extrañar a esa persona puede ser desgarradora, especialmente al comenzar el día o en momentos de soledad. Sin embargo, es fundamental cuestionar si realmente extrañamos a esa persona en sí o si, en cambio, estamos anhelando una parte de nosotras mismas que se reflejaba en la relación.

El dolor y el anhelo que experimentamos a menudo no se deben únicamente a la persona que se ha ido, sino a la vida que construimos con ella. Extrañamos la idea de lo que éramos o queríamos ser cuando estábamos juntos, más que a la persona específica. Los momentos, la rutina, la sensación de seguridad y la compañía son lo que verdaderamente echamos de menos.

Es por eso que es necesario entender que lo que realmente extrañas no es a esa persona en particular, sino a la versión de ti misma que existía en su presencia. Extrañar a alguien no significa que debas volver a esa relación ni que sea lo mejor para ti regresar con esa persona. Porque todo aquello que crees extrañar, puedes encontrarlo y cultivarlo dentro de ti misma. Esa persona simplemente actuaba como un espejo que reflejaba cómo te gustaba sentirte o cómo deseas ser tratada o no.

Cada vez que sientas esa ausencia, recuerda que lo que extrañas es una parte de ti misma. Ellos solo reflejaban aspectos de tu vida que ahora tienes la oportunidad de explorar y desarrollar por tu cuenta. La verdadera tarea es buscar esas cualidades y sensaciones dentro de ti, en lugar de depender de alguien más para encontrarlas.

La capacidad de sentirte bien, amada y realizada está en tus manos, en las de nadie más. No podemos poner el peso de nuestra felicidad en manos de otra persona, porque es una carga que nadie podrá sostener nunca. 

Postdata DEJARÁS DE DOLERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora