No te permitas volver

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Entiendo que hablarle te calma, como si fuera tu droga. Así es como funciona la dependencia emocional. Cada mensaje, cada llamada, te da una breve sensación de alivio, una chispa de esperanza que te envuelve en una falsa seguridad. Pero esa tranquilidad es efímera y engañosa. Te calma momentáneamente, pero en realidad, te ata más fuerte a un ciclo de dolor y retrocesos.

Piensa en esto: cada vez que cedes y vuelves a buscarle, estás prolongando tu propio sufrimiento. Le estás dando el poder de definir tu bienestar emocional, de influir en tu estado de ánimo. Cada vez que vuelves, le das una oportunidad más para herirte, para defraudarte. Y, lamentablemente, lo hará. Volverá a irse, y cuando lo haga, el dolor será aún más profundo, porque habrás retrocedido. Te habrás perdido a ti misma, otra vez, por un rato más con él.

Postdata DEJARÁS DE DOLERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora