Es una historia centrada en una joven que ha sido amiga de los hermanos Menéndez desde la infancia.
Es una amistad intensa y especial, llena de complicidad y secretos que solo ellos conocen.
Los tres han crecido juntos en un ambiente de lujos y ex...
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Beverly Hills - 20 de Agosto de 1989 11:57pm
Estaba acurrucada en el sofá, envuelta en una manta mientras la película avanzaba en la pantalla, aunque realmente no le estaba prestando mucha atención. La noche estaba tranquila, y el silencio de la casa me hacía sentir una paz rara, pero bien recibida. Justo entonces, el teléfono sonó, quebrando la calma con ese timbre tan inesperado a esa hora. Miré el reloj en la pared: era casi medianoche.
Me levanté, sintiendo cómo una inquietud se apoderaba de mí. "¿Quién llamará a esta hora?" pensé. Contesté, y la voz que escuché al otro lado de la línea casi hizo que se me cayera el teléfono de las manos.
—Lía...—escuché, apenas un susurro entrecortado. Era Lyle. Su voz estaba rota, apenas lograba reconocerla.
—¿Lyle? ¿Qué pasa?—pregunté, sintiendo un nudo en la garganta.
Él tardó en responder. Solo escuchaba su respiración entrecortada, como si intentara decir algo que no podía pronunciar. Y entonces, lo dijo, con un tono de desesperación que me heló la sangre.
—¡Alguien mató a mis padres!—gritó, y de inmediato lo escuché sollozar, tratando de recuperar el aliento.
Me quedé en silencio, aturdida, intentando procesar lo que acababa de decir. Sentía como si el suelo se desmoronara bajo mis pies.
—¿Qué...? ¿Quién?—susurré, apenas encontrando las palabras.
—No... no lo sé...—su voz era apenas un murmullo—. Estamos asustados, Lía... ya llamamos a la policía...—
Traté de reaccionar, aunque mi mente aún luchaba por entender.
—Escucha, quédense ahí. Voy para allá, ¿me oyes? No se muevan—le dije, tratando de sonar calmada, aunque estaba tan asustada como él.
Colgué, aún temblando. Las llaves del coche estaban en la mesa, y las tomé sin pensar. Afuera, la noche era oscura y opresiva. Subí al coche y arranqué, tratando de mantenerme enfocada en la carretera mientras el corazón me latía con fuerza.
"¿Quién podría haber hecho algo así?" pensé, mientras las luces de la calle pasaban a toda velocidad. ¿Cómo alguien podría tener tanto odio como para...? ¿Y cuándo había pasado? ¿En qué momento?
Me imaginé a José y Kitty, la última vez que los vi, y un escalofrío me recorrió. ¿Qué había pasado en esa casa?
La carretera me pareció más larga de lo que realmente era, pero finalmente llegué. Cuando doblé la esquina, una visión aterradora se desplegó ante mis ojos. La casa de los Menéndez, esa misma casa en la que había pasado tantas tardes y noches, estaba rodeada por patrullas de policía. Las luces intermitentes de los coches reflejaban sombras extrañas sobre las paredes, y una sensación de pavor se apoderó de mí.
