Summer
-¡Mátala!-Grito enredando mis piernas alrededor de Alex, el cual me mira demasiado divertido, mientras sostiene mi peso con sus manos.-Es un ser vivo.-Dice entre risas.
-¡Pero a mi me da pánico!
-¿Qué podría ser lo peor que suceda?, ¿qué te muerda y mueras?-Este día parece haber comido payaso.
-¡No digas eso!, ¡no quiero morir!-Sólo hago que su risa aumente más y más, y yo básicamente lo ahorque con mis brazos de la fuerza que ocupo para que no me suelte.
Las lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas, pues realmente le tengo pánico a las arañas y cualquier bicho que me encuentre en el sitio que sea. Alexander sigue riendo por un buen rato, hasta que escondo mi rostro en el hueco entre su cuello y siente que comienzo a mojarlo. Rápidamente, y prácticamente sin darme cuenta, me dejó sobre una una silla, para encargarse de pisar una diminuta araña que tanto me estaba atormentando. Se quedó mirando la mancha del suelo, y movió la cabeza como si estuviese lamentándose.
-¡Era una simple araña, Alexander!-Exclamé secando mis lágrimas.
-Eso mismo pienso yo...-Claro, ahora me mira como una loca.- Pero ya no importa. Te voy a cuidar y defender. Aunque sea de una pequeña araña inofensiva.
-Tú dijiste que podía morderme y matarme.-Dije en mi defensa, tomando su mano para bajarme de la silla. Él enseguida comenzó a reír.
-Lo decía de broma, mi princesa.
-¿Tu princesa?-Pregunté con una sonrisa de lado.-Jamás me habías dicho así.-Alex parecía ponerse rojo, lo cual me provoca algo de gracia y ternura. Tan sólo se encogió de hombros, e intentó cambiarme el tema.
-Debo volver a casa, mañana tengo mi último examen del semestre.
-A mí aún me preocupa la nota de literatura.-Apreté mis labios con preocupación.
-Saldrás bien. A menos que no hayas estudiado, entonces ahí sí, debes preocuparte.
-No me ayudas mucho.-Él simplemente sonrío y tomó mi cabeza entre sus manos, para darme un cálido beso en la frente. Se alejó hacia la puerta, y ambos nos despedimos con la mano. Me quedé recargada en el marco de la entrada a la sala, y observé su partida.
Alexander
Mi regreso a casa fue bastante tranquilo, y me estaba comenzando a mentalizar para mi examen de cálculo, hasta entrar a casa y perder toda cordura. Subí corriendo las escaleras. Ésta vez mi paciencia y momento de hermano y cuñado buena onda, habían sido agotados. Ya no iba a estar soportando el cinismo de Jason al estarse tirando a mi hermana cada que quisiera y donde lo deseara. Una cosa era su casa, pero otra es hacerlo en la mía. ¿Ese idiota no puede respetar nada?.
Podrá ser mi amigo, pero una cosa es eso, y otra ser mi cuñado también. Mi hermana es menor que él, y odio que la esté corrompiendo de esa manera, aunque claro, mi pequeña niña no es nada inocente, pero eso no quita que sea pequeña y que deba cuidarla.
Al estar frente a la puerta de la habitación de Jade, intenté abrir la puerta, pero ésta se encontraba cerrada con llave desde adentro. Pero ni eso ni nada me iba a detener. Abrí la puerta de una patada, así como en una película policiaca. En este caso, yo sería el policía, y Jason a quien llevaré ante la justicia, la diferencia es que yo voy a matarlo antes de que pueda decir algo.
Jade suelta un grito y se cubre con las sábanas, poniéndose por completo colorada. Di tiempo a Jason de ponerse un par de bóxers, antes de irme contra su cara. Lo primero que sucedió, fue mi puño estampándose contra su mejilla, o tal vez el ojo, mientras Jade pedía a gritos que parara.
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Inexplicable
RomanceSu mirada era fría. Era un hielo, buscando un brillo de luz que derritiera su corazón. Sus pómulos eran altos, su sonrisa grande y coqueta, que dentro ocultaba una dentadura perfecta y brillante. Sus hombros eran delicados, pero al mismo tiempo pod...