Summer
Tras haber visto la incómoda y repulsiva escena frente a mis ojos, vi como Ian pasaba de tener un momento acalorado, a ponerse demasiado pálido como una hoja de papel. Cuando por fin reaccioné puse en marcha mis pies, para que me sacaran lo más pronto posible de ahí mismo. Ian logró alcanzarme en la cocina, porque era obvio que primero quería una explicación innecesaria, antes de salir directo a los brazos de mi mejor amigo, el cual seguramente no querría ni verme después de lo mal que me he estado portando con él.
Él ya llevaba puestos un par de bóxers, junto con unos jeans que apenas podía mantener alrededor de su cadera. No fui siquiera para mirarlo de frente, pues sostenía un vaso de agua justo contra mis labios, mientras bebía con velocidad de él.
-Summer, todo fue.. Un accidente.-<<¿Perdón?>>. Éste imbécil, sí que me hará echarme a reír.
-¿Disculpa?, ¿un accidente?-Él apresuradamente asentía, al instante en que buscaba como acercarse a mí.-¿De repente cayó de ocico encima de ti?, digo; las perras no tienen boca, ¿o me equivoco?
-Osita, debes dejarme que...
-No necesito explicaciones. A menos que quedarse sin ropa, esté considerado como accidente también.-Dije, fingiendo cara estar pensando.-Sabes, tengo una duda...
-Summer, ¡esto es una trampa! Seguramente de tu amiguito ese... Recibí un mensaje de tu parte que decía que no vendrías.-<<A parte de infiel, idiota>>.
-A éstas alturas, eso ya es tu problema. Sigues afirmando que aprovechaste eso para serme infiel.-De momento me acerqué por completo a él. Justo cuando fingí querer darle un beso, mi mano golpeó en un puño, tan duro sobre su nariz, que ya no sabía con exactitud, si había tronado mi mano o su ahora deforme nariz.-No tengo idea, como pude dejarme manipular por ti, y pensar que Alex era capaz de mentirme...¿Y sabes?, no vuelvas a decirme "Osita". Es el apodo más idiota que alguien haya podido ponerme.
Sacudí mi mano lamentándome del dolor que me había ocasionado el golpe, para luego darme la vuelta y salir de ahí mismo con la frente en alto, a pesar de que al cruzar la puerta de esa casa y subir a mi auto, todo a mi alrededor se derrumbara en segundos. No lamento haberlo golpeado. Lamento el haber sido tan poco inteligente, como para dudar de una persona a la que quiero, y que sé sería incapaz de herirme como me hicieron pensar por este tiempo.
No tuve el valor de dirigirme a casa y acostarme en mi cama a llorar hasta quedarme dormida. No tuve la dignidad suficiente como para acurrucarme en mi cama, y evitar que cualquier persona notara el dolor que transmitían mis ojos, a pesar de que todo sucedió con una persona a la que realmente no quería lo suficiente, pero que sin duda, me había lastimado hasta querer hundirme debajo de mis sábanas durante mucho tiempo.
Alexander
El techo me vuelve a parecer fascinante, cuando de nuevo siento que todo a mi alrededor deja de tener sentido como antes. Miro mis muñecas y pienso en lo mucho que deseo ponerme a beber en estos momentos, a pesar de que cualquiera diría que lo único que sucede es que una amiga no quiera hablarme, pero en mi mundo, es una de las peores cosas que pueden ocurrirme.
Mi padre como siempre no se encuentra en casa, y Jade seguramente está pasando una muy linda noche en la cama de Jason, porque claro, ya no puedo ponerme en el plan de hermano protector, porque a nadie le interesa y termina haciendo la niña, lo que desea.
Un ruido proveniente de la puerta, comienza a desesperarme, cuando cada vez se hace más intenso y repetitivo, lo cual me hace tener un fuerte dolor de cabeza, y ganas de querer golpear a quien sea que esté como enfermo loco, tocando de esa manera. A penas abrí la puerta, me tragué mis palabras, al sentir un par de brazos delicados y cálidos, envolviendo mi cuerpo al tiempo en que sentía cómo un líquido traspasaba mi playera.
-Summer...-No tengo idea qué decirle. Está, o parece destrozada, y me imagino que nada de lo que pueda salir de mi boca, podrá ayudar en algo. La estrecho lo más fuerte que puedo contra mí, y doy un par de pasos para poder entrar junto con ella a casa y cerrar la puerta, evitando que
la casa se inunde de aire frío.-Tenías razón, Alex. Lamento tanto haberme comportado tan grosera. Solamente no sabía lo que pasaba... Creí que lo único que deseabas era...-La interrumpí pidiéndole guardara silencio. No necesito que me explique que lo lamenta, simplemente quiero y necesito que ella esté bien.
La tomé en mis brazos, y la llevé hasta mi habitación para poder recostarla y abrazarla aún más. Podría pasar junto a ella cada segundo que me sea permitido, y sé que nunca me cansaré de ello. Mientras ella se desahoga, yo me encargo de acariciar cada centímetro de su bello rostro hinchado y rojo por llorar, y de mirarla con tanto detenimiento, que me es imposible no pensar que es la persona más hermosa que haya podido ver alguna vez. Me duele tanto verla tan destrozada, pero muy en el fondo me siento feliz. Feliz porque ésta vez puedo tener una oportunidad de estar con ella, y no la voy a desperdiciar por nada del mundo.
Entonces en segundos, pude notar que me encuentro enamorado. Y no sólo de su belleza, su sonrisa, y todo aquello que la ilumina y hace que los demás brillen a su lado. Sino que también estoy perdido por su dolor, sus lágrimas y cualquier cosa negativa que ella pudiese tener. No tengo idea de porqué cruza todo esto por mi cabeza, pero algún día, en algún momento, sabré el motivo.
Summer
La forma en la que Alex me mira, es como alguien que observa la cosa más bella de todas, y la cual no quiere dejar de ver por ninguna circunstancia. Como si tuviese miedo de que en algún momento, o en un parpadeo, pudiese desaparecer para siempre. El llanto seguía corriendo, pero cada vez sentía el rostro de Alexander más cerca del mío. Al alzar mi vista, pude notar que evidentemente, si estiraba el cuello un poco, podría rozar sus labios.
Nuestras miradas chocaron en segundos, y mi boca se encontraba con cierta necesidad de sentir la calidez de la suya. En un abrir y cerrar de ojos, ya no estaba derramando ni una lágrima más. <<¿Ian?, ¿ese quién es?>>.
-Alex, ya vol...-Jade sin tocar, estaba dentro de la habitación, interrumpiendo lo que pudo llegar a ser un beso.-Ah.. Eres tú, Summer.-Podría jurar que parece molesta, pero no la culpo; ella también fue víctima de mi lado grosero. Sin dejarme decir algo, dio la vuelta y cerró de una la puerta.
-Descuida, ya podrán hablarlo luego.
Pero luego, ya me encontraba demasiado cansada, derretida en unos brazos fuertes y cálidos, que me recordaban lo que es sentirse segura, amada y con ganas de sonreír a pesar de lo mucho que deseas ocultar la felicidad, que un simple abrazo antes de quedar dormida, te produce viniendo de la persona correcta.
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Inexplicable
Roman d'amourSu mirada era fría. Era un hielo, buscando un brillo de luz que derritiera su corazón. Sus pómulos eran altos, su sonrisa grande y coqueta, que dentro ocultaba una dentadura perfecta y brillante. Sus hombros eran delicados, pero al mismo tiempo pod...