Soleil la hija de Rapunzel parecía llevar una vida perfecta pues en Auradon en donde solo los buenos habitaban parecía que todos eran felices y estaban exactamente en donde debían estar.
Esta paz terminó cuando los hijos de villanos llegaron a la e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Del perfecto comienzo a el final más desastroso
Ben y Soleil iban delante del grupo guiándolos, pues eran los que mejor conocían el camino hacia la casa en el bosque.
—¿Recuerdas el último día del Hada Madrina que pasamos aquí?.— Preguntó Soleil a Ben, ambos podían ver ya a lo lejos la pequeña cabaña.
—Flora no nos dejó comer más de una rebanada de pastel.— Recordó Ben.— Porque nos enfermaríamos.
—Si, y Primavera nos sirvió a escondidas.— Soleil no pudo evitar reír al recordar.— Si nos enfermamos. Audrey no pudo ir a los entrenamientos de porristas durante una semana.
Ben rió ante las palabras de Soleil y después observó como el rostro de la chica se volvía más serio poco a poco.
—No seamos duros con ella.— Pidió.— Primero tenemos que escuchar su versión, cuando todo esto acabe. Creo que tiene mucho para decirnos y nosotros tenemos mucho que escuchar porque no fuimos los mejores amigos.
Ben asintió de acuerdo, estaba consciente que de alguna manera, habían dejado de lado a Audrey desde hacía tiempo. Dio la señal de que podían avanzar y Soleil lo hizo detrás de él seguida por Mal y todo el grupo que permanecían lo más callados posibles.
—Ve primero con Mal.— Dijo a Ben cuando más se acercaron.— Ella tiene la braza.
Mal tomó las braza en sus manos, lista para atacar y fue guiada hasta la cabaña en donde ambos abrieron la puerta cautelosamente.
—Ten mucho cuidado, ¿si?.— Advirtió Jay a Soleil que asintió, aunque no estaba dispuesto a separarse de ella dispuesto a defenderla de ser necesario.
Ben abrió de golpe la puerta de la cabaña sin encontrarse con nada más que simple oscuridad, todos entraron después de él extrañados.
—No está arriba.
Se miraron un poco decepcionados, estaban seguros de que ahí se encontraba la chica. Unos golpes desesperados en el clóset llamaron la atención de todos. Ben abrió dejando a ver a Chad abrazando sus piernas en el piso.
—¿Chad?.— Preguntó Ben extrañado.
—Quiero a mi mami.— Dijo con voz temblorosa, Ben trató de darle la mano para ponerlo de pie pero el chico se alejó asustado.— ¡No!
—Tranquilo.— Ben le habló con tono suave y lo ayudó a ponerse de pie.—¿Qué pasó, amigo?
Chad asomó su cabeza encontrándose con todos que lo veían y extrañó a todos cuando al ver a Soleil corrió hacia ella y la brazo cual niño pequeño.
