Sophie dejó escapar un suspiro pesado, frotándose la frente con las manos como si intentara despejar la tensión. Caminó hasta el sofá y se sentó, evitando la mirada de Lamine.
—No es tan fácil como crees, Lamine —dijo finalmente, con voz cansada—. Sé que me equivoqué al no hablar en ese momento, pero... no quiero más conflictos en esta casa. Siempre estoy tratando de mantener la paz.
Lamine cruzó los brazos, apoyándose contra la pared mientras la observaba con calma pero firmeza.
—Sophie, mantener la paz no significa quedarte en silencio cuando alguien lastima a tu hija. Emma te necesita. Necesita saber que la vas a defender, incluso cuando sea incómodo o difícil. Si no lo haces tú, ¿quién lo hará?
Esas palabras golpearon a Sophie con fuerza, como una verdad que había estado evitando enfrentar. Bajó la mirada y se retorció las manos, incapaz de responder de inmediato.
—Jackson no es una mala persona —murmuró, como si tratara de justificar algo—. Tiene sus defectos, pero... siempre ha intentado llevarse bien con Emma.
Lamine dejó escapar un leve resoplido, sin poder evitarlo.
—No se trata de si es bueno o malo, Sophie. Se trata de cómo afecta a Emma. Anoche, cuando me lo contó, estaba herida. No molesta, herida. Y si tú no puedes verlo, entonces creo que hay un problema más grande aquí.
Sophie levantó la vista, con el ceño ligeramente fruncido.
—¿Estás diciendo que no soy una buena madre?
Lamine negó con la cabeza de inmediato, su tono más suave.
—No, Sophie. Lo que estoy diciendo es que necesitas escuchar a Emma. De verdad escucharla. Porque si no lo haces, vas a perder la conexión que tienen, y eso no es algo que puedas arreglar fácilmente después.
Sophie sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas, pero se negó a dejarlas caer. Había una verdad incómoda en las palabras de Lamine, y aunque le doliera admitirlo, sabía que tenía razón.
—Tienes razón —admitió en voz baja, casi como un susurro—. He estado tan ocupada tratando de equilibrar todo... mi relación con Jackson, mi trabajo, la casa... que siento que he descuidado a Emma.
Lamine se acercó y se sentó frente a ella en la mesita del salón, apoyando los codos sobre las rodillas mientras la miraba con sinceridad.
—No es tarde para arreglarlo, Sophie. Pero necesitas poner a Emma primero. Hablar con Jackson es un buen comienzo, pero también tienes que demostrarle a Emma que estás de su lado.
Sophie asintió lentamente, limpiándose una lágrima que finalmente había escapado.
—Lo haré. Hablaré con Jackson hoy mismo. Y cuando Emma vuelva, me sentaré con ella y me disculparé.
Lamine le ofreció una pequeña sonrisa, algo más relajado.
—Eso es todo lo que necesita, Sophie. Que sepa que puede confiar en ti.
Ambos se quedaron en silencio por un momento, la tensión en la habitación empezando a disiparse. Sophie respiró hondo, como si finalmente hubiera soltado un peso que llevaba cargando.
—Gracias, Lamine —dijo con sinceridad, mirándolo a los ojos—. Por preocuparte tanto por Emma. Sé que siempre has sido un gran padre.
—Y siempre lo seré —respondió Lamine, con determinación—. Ella es lo más importante para mí.
Sophie sonrió débilmente, sintiendo que, al menos por ahora, las cosas comenzaban a encaminarse.
Lamine se recargó en el respaldo del sofá, observando a Sophie con una expresión más relajada. Aunque la conversación había sido intensa, sentía que había dado un paso necesario para ayudar a Emma y, de paso, a Sophie. Después de unos segundos de silencio, Lamine decidió cambiar el tono del momento.
ESTÁS LEYENDO
Amor que Duele - Lamine Yamal
FanfictionComparten un amor intenso y una hija que ilumina sus vidas, pero las circunstancias siempre los separan. Entre obligaciones, secretos y promesas rotas, su relación se fragmenta, dejando su amor en un constante tira y afloja. ¿Podrán superar los desa...