El sonido de los nudillos contra la puerta los sacó bruscamente de su burbuja. Lamine frunció el ceño, claramente molesto por la interrupción, mientras Sophie se apartaba de él rápidamente, alisando su cabello y ajustándose el abrigo que había dejado a un lado momentos antes.
—¿Quién es? —preguntó Lamine con un tono de evidente incomodidad mientras se levantaba, intentando recuperar la compostura.
—Soy yo, Lamine. Sheila —respondió la voz al otro lado de la puerta.
Sophie abrió los ojos con sorpresa y algo de nerviosismo. Sheila, la madre de Lamine, no había sido la mayor defensora de su relación en el pasado. Aunque su actitud nunca había sido abiertamente hostil, Sophie sabía que Sheila siempre había tenido expectativas muy altas para su hijo.
Lamine caminó hacia la puerta y la abrió parcialmente, pero antes de poder decir algo, Sheila entró con una sonrisa que se desvaneció rápidamente al ver a Sophie de pie en la habitación. La sorpresa en su rostro fue evidente, pero también lo fue la confusión.
—Sophie... —dijo Sheila, parpadeando un par de veces mientras procesaba la escena—. No esperaba verte aquí. ¿Qué está pasando? ¿Están ustedes...?
Sophie sonrió tímidamente, tratando de mantener la calma. Se levantó del sofá y, con un gesto educado, saludó a Sheila.
—Hola, Sheila. Es un poco... complicado, pero sí, Lamine y yo estamos intentando... arreglar las cosas —dijo con sinceridad, mirando de reojo a Lamine en busca de apoyo.
Lamine cerró la puerta y se acercó a su madre, colocando una mano en su hombro para suavizar la situación.
—Mamá, Sophie y yo hemos estado hablando, tratando de resolver algunos problemas. No queríamos decir nada hasta estar seguros de dónde estábamos —explicó, su voz firme pero tranquila.
Sheila miró a ambos durante unos segundos, claramente tratando de procesar la información. Finalmente, suspiró y asintió con una pequeña sonrisa.
—Bueno, no voy a mentir, estoy sorprendida. Pero si esto significa que ambos están trabajando para ser felices, entonces eso es lo que importa. Sophie, me alegra verte de nuevo —dijo, aunque su tono tenía un ligero matiz de reserva.
Sophie asintió, agradecida por las palabras de Sheila, aunque podía sentir que aún había cierta distancia.
—Gracias, Sheila. Yo también espero que podamos encontrar un equilibrio, no solo por nosotros, sino también por Emma —respondió con honestidad.
Sheila cruzó los brazos y miró a Lamine con una mezcla de cariño y advertencia.
—Espero que esta vez lo hagan bien. Sobre todo por Emma. Sabes lo importante que es para mí verla feliz —dijo antes de girarse hacia Sophie, suavizando su expresión—. Y tú también. Si vuelven a estar juntos, quiero que ambos estén realmente comprometidos.
Lamine y Sophie intercambiaron miradas, sabiendo que las palabras de Sheila no solo eran un consejo, sino también una advertencia. Había mucho trabajo por hacer, pero al menos este encuentro inesperado había abierto un espacio para el entendimiento.
Mientras la conversación entre Sheila, Lamine y Sophie seguía desarrollándose, la puerta se abrió repentinamente sin previo aviso. Keyne, el hermano menor de Lamine, entró con su característica energía despreocupada y una sonrisa en el rostro.
—¡Hermano! —exclamó Keyne, pero se detuvo de golpe al ver a Sophie en la habitación. Su sonrisa se desvaneció brevemente, siendo reemplazada por una expresión de sorpresa—. Vaya... esto sí que no me lo esperaba.
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Amor que Duele - Lamine Yamal
FanfictionComparten un amor intenso y una hija que ilumina sus vidas, pero las circunstancias siempre los separan. Entre obligaciones, secretos y promesas rotas, su relación se fragmenta, dejando su amor en un constante tira y afloja. ¿Podrán superar los desa...