Lamine y Sophie llegaron a su apartamento, el aire fresco de la noche envolviendo sus cuerpos mientras caminaban juntos hacia la entrada. Lamine la miró con una sonrisa suave, su corazón latiendo con fuerza por la cercanía de Sophie. Cuando llegaron a la puerta, Lamine se detuvo y, antes de que Sophie pudiera entrar, la tomó de las manos.
—Nos veremos pronto, princesa —dijo, su voz cargada de afecto.
Sophie lo miró, una mezcla de emociones cruzando por su rostro. Sin pensarlo, se acercó y le dio un beso suave pero lleno de significado. Un beso que decía más de lo que las palabras podían expresar, un compromiso tácito de que pronto, cuando todo estuviera claro, ella estaría completamente con él.
—Te llamaré —susurró Sophie, antes de girarse para entrar al apartamento.
Lamine la observó alejarse, sintiendo una extraña mezcla de esperanza y ansiedad mientras ella desaparecía dentro del edificio. No podía evitar preguntarse cómo evolucionarían las cosas, pero sabía que, por el momento, lo único que podía hacer era esperar.
Cuando Sophie abrió la puerta de su apartamento y entró, la luz suave del pasillo iluminó su camino. Pero antes de que pudiera quitarse los zapatos y dejar atrás la tensión de la noche, algo la detuvo. Al fondo, en la sala, se encontraba Jackson, sentado en el sofá con una expresión que claramente no era de sorpresa, sino de expectación.
—¿A qué hora llegaste? —le preguntó Sophie, tratando de mantener la calma, aunque una inquietud creciente comenzó a invadirla. Había algo en el aire, algo que no podía ignorar.
Jackson levantó la mirada de su celular, su rostro serio, casi frío.
—Reconocí la camioneta de Lamine —respondió con un tono bajo, pero firme—. Así que... ¿quieres explicarme qué está pasando entre ustedes dos?
Sophie sintió que su corazón latía con fuerza en su pecho. Sabía que este momento llegaría, pero no estaba preparada para enfrentarlo de esta manera. Su mirada se desvió hacia el suelo por un momento, buscando las palabras adecuadas. Finalmente, suspiró y se acercó a Jackson.
—Jackson... no es lo que piensas. Yo... —pausó, sintiendo el nudo en su garganta—. Estaba con Lamine, sí. Pero, por favor, déjame explicarte.
Jackson se levantó del sofá, dando un paso hacia ella, pero manteniendo una distancia que hacía evidente la frialdad de la situación.
—¿Explicarme qué, Sophie? ¿Qué lo nuestro ya terminó y ahora estás con él? ¿O que has estado viéndolo a escondidas mientras seguías conmigo?
Sophie lo miró a los ojos, sintiendo el peso de sus palabras, pero también sabiendo que debía ser honesta, que no podía seguir arrastrando esta mentira. Se armó de valor y, con voz temblorosa, le dijo:
—No sé qué esperar de esto, Jackson. Pero lo que sí sé es que... lo que sentí por ti ya no es lo mismo. Estoy confundida, sí, pero necesito aclarar mis sentimientos antes de seguir. Lo que pasó con Lamine, lo que estamos sintiendo... no lo vi venir, pero es algo que no puedo ignorar.
Jackson la observó en silencio, como si sus palabras le dolieran más de lo que quería admitir. Finalmente, suspiró, se dio la vuelta y caminó hacia la ventana, mirando hacia la oscuridad de la noche.
—Entonces, ¿qué vamos a hacer ahora? ¿Vas a dejarme ir?
Sophie, con el corazón en la mano, lo miró con tristeza.
—No quiero hacerle daño a nadie, Jackson. Pero necesito ser honesta conmigo misma.
El aire que había sido denso con las palabras de Sophie se volvió aún más pesado cuando Jackson, claramente alterado, dio un paso hacia adelante. Su rostro ya no mostraba la calma controlada de antes, sino una furia contenida que se desbordó de repente. Sin que Sophie pudiera anticiparlo, Jackson levantó la mano y, en un acto impulsivo, tiró un jarrón de cerámica contra el suelo. El sonido del cristal rompiéndose resonó en toda la sala, como si el quiebre del objeto reflejara la ruptura en su relación.
ESTÁS LEYENDO
Amor que Duele - Lamine Yamal
FanfictionComparten un amor intenso y una hija que ilumina sus vidas, pero las circunstancias siempre los separan. Entre obligaciones, secretos y promesas rotas, su relación se fragmenta, dejando su amor en un constante tira y afloja. ¿Podrán superar los desa...