Caminé furiosa notando el asfalto contra mi planta del pie. No quería saber nada de él. Había sido un completo idiota. Oí como el motor del coche de apagaba y la puerta del vehículo se abría y cerraba fuertemente. Yo no paré.
Empezó a correr tras mío y me dio una vuelta de 180° sobre mi misma. Le miré con impotencia-que quieres ahora? Decirme lo mucho que me odias, que solo me has traído a este lugar para tirarte conmigo?-. Dije entre lágrimas.
-lo siento, no quería decirte todas esas cosas, yo-
-tu nada Michael, ya nada, ya lo has jodido-. Me solté de su agarré pero me volvió a coger
-no por favor enserio-. Llevó sus manos a mis mejillas pero evité su contacto
-estoy harta del chico malo...-. Dije mirando sus ojos fijamente.
-pero... Yo te...-. Esperé que dijese lo que quería decir, tenía miedo a decirlo? Me crucé de brazos y un sonido de un motor a la lejanía rompió el silencio
-tu que?-. Llevé su cara hacia mi ignorando aquel sonido
-esto es peligroso, tenemos que irnos ahora mismo-. Dijo volviendo a mirar hacia el coche- vamos!
-no!-. Grité. Llevó sus manos a mi boca y me cogió de la cintura empujandome levemente hacia el coche de nuevo
-necesitamos irnos Noelia, por favor-. Me miró fijamente y asentí confusa creyendo sus palabras, pues aquellos ojos azules dilatados me preocupaban demasiado como para negarle.
Corrimos dentro del coche y arrancó rápidamente, dimos la vuelta por donde habíamos venido y a continuación nos metimos por un camino forestal.
Me giré para mirar a Michael y su cara me lo decía todo, algo no iba bien.-dónde vamos?- me atreví a preguntar.
-al baile-. Frunci el ceño
-estarás bromeando?
-ahora no es tiempo de bromear-. Oí unos motores tras nuestro que cada vez sonaban con más intensidad. Me giré hacia atrás, pero no había nadie
-Michael tengo miedo-. Dije susurrando. Apartó una de sus manos del volante, la llevo a mi brazo y bajó hasta llegar a mi mano
-siempre que esté yo presente no te pasará nada malo, te lo prometo-. Asenti y cogí su mano fuerte. Sonrió y volvió a mirar hacía atrás por el retrovisor cambiando su expresión por completo.
Aceleró y solto mi mano ya que la velocidad que habíamos alcanzado necesitaba mucha atención. No mentía, tenía miedo y confusión en mi rostro.
Llegamos a la ciudad sin darme cuenta y Michael se dirigió a donde se estaba celebrando el baile y donde estaría Peter con otra chica.
Aparcó y apagó todas las luces. Justo por donde acabábamos de venir salió un coche blanco a toda velocidad, intenté distinguir el conductor.-espero que me perdones-. Dijo Michael, le miré confusa y al segundo sus labios estaban con los míos, cerré los ojos para profundizar el beso, pues aunque acabáramos de discutir por algo parecido, notaba que lo hacía con cuidado y algo nervioso.
Le seguí el royo y colocó su mano en mi espalda para acercarme más a él. Llevé mis manos a su nuca. Cuando nuestras respiraciones llegaron a su fin, nos separáramos y Michael volvió a besarme pero con un beso casto y corto.