Me dirigía al instituto como siempre, sola, cuando alguien me sacó los auriculares de mis oídos. Me giré y vi a una chica morena, de mi estatura, ojos azules, pero los tenia un poco rojos, como si acabara de fumarse unos cigarrillos o acabase de llorar.
-hola? Dije parando la música
-te he visto varias veces, siempre vas sola? Cogió su mochila negra y se la puso en un hombro
-que quieres? Me cruce de brazos, esperando a que soltara todo lo que me quisiera decir.
-por hay se dice que eres igual que yo, me han hablado de ti, me llamo Lottie.
-yo Noelia, y como que te pareces a mi? Bajé el nivel de mis pasos
-la gente que lo dice son unos gilipollas y dicen que las dos somos igual de negras, en el sentido de solitarias. Vi que en sus ojos había tristeza
-fumas? Cambié de tema
-si, pensarás que es malo, que puedes tener cancer-
-yo también fumo. Le interrumpí- tu eres la chica esa que se sienta siempre detrás sola? Recordé, nunca me había fijado en ella
-si, me gusta estar sola, mis padres piensan que soy un ser humano más. Escupió las palabras. A pesar de sus preciosos ojos azules, el como vestía y sus ojos rojos la hacían una chica dura, casi insensible, solitaria, como si no sintiera nada. Supongo que será en eso en lo que pensará la gente de mi.
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Después del instituto, Lottie y yo quedamos para ir a algún parque ha comer y pasar el rato. Saqué un cigarrillo y lo encendí mientras lo colocaba en mis labios. Me miró y me dio un manotazo tirando lo al suelo.
-pero que haces?! Grite histérica
-no quiero que fumes. Dijo seria
-pero que dices? Si tu también fumas! Saqué otro cigarrillo pero me lo quito- joder. Suspire
-no quiero que acabes como yo. Esas palabras me pararon en seco, como que acabar como ella?- a pesar de lo que quieres parecer por fuera, se que por dentro eres una chica muy dulce e inteligente, no quiero que destroces tu vida ni tu físico como yo. No le contesté, lo que dijo nunca me lo habían dicho
-nunca me habían dicho, eso. Mire hacia otro lado- siempre me han visto como un, objeto. Yo tuve un novio cuando tenía 16 años, se llamaba Josh, el intento... quería que lo hiciéramos, y me trataba como un objeto, como su juguete. Intenté no llorar tragandome las lágrimas
-todos son iguales, no tienes hermanos? Dijo cambiando de tema, no se porque le dije eso si la acababa de conocer, pero cuando la veía, me veía a mi misma. Sentía que ella pensaría lo mismo que yo
-no tengo, soy hija única, aunque una vez mi tía me dijo que mis padres tuvieron un hijo antes que yo, pero murió en el parto.
-voy a llamar a unos amigos. Note que pasaba de mi
-odio a la gente que ignoran a la persona con la que están manteniendo una conversación. Solté aquellas palabras con orgullo
-lo que tu digas. Sacó su teléfono y llamo a alguien, me levante para irme, esa chica era una estúpida.
-donde vas? Están hay, seguro que os lleváis bien. Señaló a dos chicos que venían, uno era moreno, alto, y llevaba un flequillo a un lado, el otro chico era igual pero en el pelo habían algunas mechas rubias y el flequillo era más largo
-que tal Lottie? Dijo el moreno- quien es esta chica tan rara. Dirigió una mirada de arriba a abajo en mi
-rara? Dijo Lottie con una mueca
-viste como las chicas pijas del instituto, encima es rubia. Dijo mientras me miraba con cara de asco
-Calum, cállate. Con que se llamaba Calum. El otro chico me estaba mirado de una forma incomoda
-si ir con sudadera gris claro, leggings negros y vans negras lo llamas vestir raro, no se como quieres que valla. Dije acomodando el gorro de lana que llevaba en mi cabeza. Y abriendo los brazos
-me gusta tu gorro. Dijo el chico de las mechas- soy Michael.
-hola, yo soy Noelia. Le di mi mano para saludarle
-enserio? Rió Lottie- saludas así?
-eres rara, pero veo que no eres igual que las otras. Dijo Calum
-gracias, supongo. Todos rieron
Estuvimos toda la tarde hablando, teníamos los mismos gustos, pero la más oscura y cortante era Lottie, a su lado, yo era como Elena. No hablaba. Lottie tenia mi edad, Calum 17 y Michael 18.
Llegué a casa y allí estaban mis padres, enfrente de la puerta con los brazos cruzados
-hola. Saludé
-te hemos visto con unos chicos en el parque. Dijo mi madre cruzando los brazos
-ah si, son nuevos amigos. Dije mientras me dirigía a la habitación
-no queremos verte con ellos, me recuerdan a Josh. Me pare en seco y me giré rápidamente
-ellos no son como Josh. Aguanté la ganas de gritar
-todos son como Josh, hasta tu. Escupió las palabras con asco- sobre todo el chico de las mechas, es como, un niñato que acaba de salir de la pubertad
-porque? Unas lágrimas recorrían mi mejilla
-porque que?
-porque sois así? porque no me aceptáis, si es por fumar, lo dejaré, solo para que seais unos padres, normales? Pero ahora ya no, fumar es mi forma de vida, os guste o no, y yo solo pido que me ayudéis en este mundo de mierda- Se quedaron mirando, incluso pude ver algo de pena en los ojos de mi madre- mama- me acerqué a ella
-DEJAME, SUBE A TU HABITACIÓN SI NO QUIERES SALIR A PATADAS DE ESTA JODIDA CASA! Grito. Di pasos para atrás, cada vez más rápidos, hasta que alcancé con los talones el primer escalón de la escalera, me di una vuelta y corrí, corrí lo más rápido que pude, tenia miedo de quedarme sin casa. Sin vida.