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―Nos veremos mañana, ¿sí?― dijo Vale, acariciando mi mejilla con suavidad antes de robarme un último beso.

La vi entrar a su casa, con una sonrisa que no podía borrar de mi rostro. Mi corazón latía como loco mientras caminaba hacia mi casa bajo la tenue lluvia que comenzaba a caer. Todo parecía perfecto.

Entonces, mi celular vibró.

"¿YA TUVIERON SEXO?"

Era un mensaje de Ruby.

"¿Qué te pasa? No, no todo es sexo, chica."
Respondí rápido, riéndome.

La lluvia empezaba a intensificarse, como si estuviera acompañando mi euforia. Llegué a casa empapada, pero feliz. Sin embargo, al abrir la puerta, la escena frente a mí rompió ese pequeño paraíso.

Mamá estaba en la sala, pero no estaba sola. Con ella, la señora Baker, y a pesar de la sonrisa que intentaron esbozar al verme, era obvio que habían estado llorando.

―Buenas noches― susurré, sintiéndome un intruso.

Ambas respondieron con un gesto amable, pero no hice más preguntas. Subí directamente a mi habitación, preguntándome si estaban hablando de Malia otra vez. Esa chica parecía cargar con sus problemas como si quisiera que el mundo entero los resolviera por ella. Frustrada, rodeé los ojos y decidí ponerme a ordenar mi cuarto para despejar mi mente.

Abrí el clóset y ahí estaban: las poleras de bandas que usaba en mi adolescencia, tan ajustadas que ahora parecían de otra persona. Me reí mientras me medía una. También encontré cajas con peluches, cartas que decidí no leer, y un sinfín de recuerdos enterrados.

Pero lo que realmente me detuvo fue una pequeña foto.

Era una Polaroid.

En ella, estaba Malia. Su cabello rizado caía como una cascada mientras estaba encima de mí, en ropa interior negra. Una mano mía sujetaba su cintura; la otra parecía estar sosteniendo la cámara. La imagen era tan explícita y llena de una pasión juvenil que sentí mis mejillas enrojecer de inmediato.

No la rompí, aunque debería. Simplemente la guardé en mi funda de mi celular, esperando que nadie más la encontrara jamás. Mi mente viajaba a esos momentos, a cómo mi vida parecía más intensa a los 17 que ahora.
¿Como es posible que haya tenido más vida sexual antes?

Sacudí la cabeza, volviendo al presente. El caos del clóset era demasiado para una noche, así que lo cerré y me tumbé en la cama, mirando el techo. Todo estaba tan complicado. Vale hacía que todo pareciera más sencillo, pero la sombra de Malia seguía ahí, arrastrándome al pasado. Y quería que desaparezca de una vez por todas.

 Y quería que desaparezca de una vez por todas

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POV MALIA

―¿Vas a decirme qué tienes?― preguntó Bryce, con ese tono calmado que siempre usaba cuando quería controlarme. Pero a mí solo me enfurecía más.

Aeternum - Kylia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora