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La castaña agarró mi cabeza y la empujó más hacia su intimidad, pero ahora yo solo quería que esto termine, me sentía ajena a la excitación y sabía que esta no era la idea.

Sin más, use mis dedos para ayudarme. Y por fin todo acabó.

Vale me beso con intensidad y supe que ahora ella quería "ayudarme" pero paré un poco con todo. No podía más con esto.

—No puedo— le di un beso suave. —Estoy..en mis días— Mentí.

—¿Y?— soltó ella, buscando cuál es el problema.

—Y qué prefiero que ahora me abraces— volvió a mentir, tomándola en brazos. Ella rió tierna.

—Acepto, pero primero, me voy a poner ropa.

—Acepto, pero primero, me voy a poner ropa

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POV MALIA

Sabía que Kylie no respondería de inmediato. Seguro estaba con Vale, y aunque eso me mataba de celos, sabía que era mi culpa. Había sido egoísta, con ella y conmigo misma.

Un murmullo suave me sacó de mis pensamientos.

―Mami...

Giré la cabeza y vi a Davi de pie en la puerta de mi habitación, con su pijama arrugado y los ojos apenas abiertos, frotándoselos con sus manitas.

―¡Davi! Ya despertaste― dije, acercándome para cargarla.

―Sí― murmuró, recostando su cabecita en mi hombro. ―¿Y papá?

El corazón se me apretó al escucharla preguntar por Bryce.

―El... tuvo que irse, amor. Pero ya volvimos a ser solo nosotras― traté de sonar animada, esforzándome por no dejar que ella notara mi tristeza.

Davi levantó la cabeza y me miró con esos ojos enormes que siempre parecían entenderlo todo.

―¡Sí!― dijo con una risita, abrazándome con fuerza. ―Amo que seamos las dos.

Ese simple comentario fue como una estocada directa al corazón. Mi mente me gritaba todas las cosas que había hecho mal, todos los errores que nos habían llevado hasta aquí. Pero al mismo tiempo, Davi me recordaba que aún tenía algo bueno, algo puro y lleno de amor.

Le di un beso en la frente, intentando contener las lágrimas que amenazaban con salir.

―¿Qué te parece, bebé, si te damos un baño y luego visitamos a la abue? Podemos llevar palomitas y cositas ricas para las tres.

Davi dio un salto en mis brazos.

―¡Sí!― gritó emocionada, y antes de que pudiera decir algo más, salió corriendo en dirección al baño.

Me reí, siguiéndola.

―¡Mami!― gritó Davi desde el baño, esperándome con sus juguetes listos y una sonrisa que llenaba el cuarto de vida.

Aeternum - Kylia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora