El sábado amaneció tan tranquilo que el silencio parecía una manta que cubría cada rincón del pueblo. Las calles vacías, el olor a tierra húmeda tras la brisa de la madrugada, y el canto de los pájaros eran las únicas señales de vida. Se sentía como un día de descanso forzado, uno de esos donde ni el cuerpo ni la mente tienen ganas de moverse. El lunes y martes serían feriados por la festividad de la cosecha, y aunque las celebraciones empezarían pronto, hoy el pueblo parecía detenido en el tiempo.Yo, sin embargo, estaba lejos de sentirme en calma.
Desde la pelea con Kylie, sus palabras habían quedado incrustadas en mi mente como espinas difíciles de arrancar. No podía dejar de pensar en eso. Y lo peor era que, en el fondo, sabía que tenía razón. Había intentado tapar su ausencia con personas, experiencias, e incluso con trabajo, pero nada había llenado ese vacío que había dejado.
—Mamá, ¿quieres un poco más de café? —pregunté, intentando distraerme mientras preparaba el desayuno.
—No, gracias, hija. Pero ven, vine porque quiero hablar contigo..
Su tono era suave, pero su firmeza me hizo dudar. Dejé el sartén con los huevos y me senté frente a ella en la pequeña mesa de la cocina.
—¿Qué pasa? —pregunté, para luego bostezar.
—Voy a salir del pueblo este fin de semana. —Hizo una pausa, como si estuviera midiendo mis reacciones— Voy a ver a tus hermanos, y no volveré hasta el martes en la noche.
Fruncí el ceño.
—¿Te perderás los días de cosecha?
—Quiero llevarme a Davi.
Mi pecho se tensó de inmediato.
—¿Qué? No, mamá. No puedes. Ella necesita estar aquí conmigo.
—Hija, escúchame. —Tomó mi mano, con esa paciencia que siempre me sacaba de quicio y me calmaba al mismo tiempo— Estás agotada, lo veo en tu cara. Necesitas un descanso. Déjame ayudarte Malia..
—Puedo con esto. Davi es mi hija, mi responsabilidad mamá, no quiero ser mala madre.
—Lo sé. Y no estoy diciendo que no puedas. Pero no tienes que hacerlo sola todo el tiempo. No porque ella venga unos días a divertirse con sus tíos y primos eres mala mamá..
Sus palabras cayeron como un balde de agua fría. No sabía si me molestaba que tuviera razón o que yo misma no lo quisiera admitir.
—Es solo hasta el martes —insistió— Y te prometo que la cuidaré como si fuera un tesoro.
Davi apareció en ese momento, saltando y abrazando a mi madre.
—¿Voy a ir con la abuela?
—No lo sé todavía —respondí, sin tantos ánimos, pero ya sabía que había perdido la batalla.
—¡Por favor, mamá! —exclamó, mirándome con esos ojos que siempre me derriten.
Suspiré.
—Está bien. Pero solo hasta el martes. Y te portarás bien con abue, Davi..
La sonrisa de Davi iluminó la habitación, y casi saltando se fue a su habitación, sabía que haría un desastre allí por empacar sus cosas.
—Yo la ayudaré a hacer sus maletas, tú sigue haciendo el desayuno— dijo mamá dándome un abrazo el cual acepte feliz—Luego iré a la panadería a hacer unas cosas y recogeré a debí luego de que cene.
Solos acepte con la cabeza y volví a el desayuno. Concentrándome en que nada saldría mal, pero no solo en Davi, si no en mi, nadie lo sabía pero odiaba estar sola.
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Aeternum - Kylia
FanfictionEl primer amor nunca se olvida. O al menos, eso es lo que dicen. Que es un sentimiento eterno. A mis quince años, creí haber encontrado al amor de mi vida; una morena que hacía latir mi corazón con cada mirada. Pero cuando nuestros secretos fueron r...