Hazme el amor

27 Te extraño (Parte II)

Capítulo 27

Te extraño (Parte II)

- Buenos días mi niña hermosa. Me levante para hacerte tu desayuno favorito. Decía Soledad quien vio a su hija entrar en la cocina aún en pijama. Abrazó a su mamá y le dio un beso.

- Buenos días mami linda. Gracias por consentirme y hacerme de comer. Soledad giró y le dio un beso en la frente a su hija.

- Ve y siéntate. Allí coloqué el mate. Menos mal que traje. Porque aquí no tienes mucha comida.

- Ay mami perdón, he estado un poco ocupada en el trabajo y aquí no tengo, quise decir que no he comprado, pero hoy vamos y compramos las cosas que nos gusten. Sonrió Soledad.

- Está bien hija. Igual ya resolví hoy.

- ¡Mami!

- Sí hija.

- He. Sabes mami. Juliana. Ella quiere invitarte a comer. Sabes. Ella está agradecida por tus atenciones cuando fue a Argentina. Soledad inmediatamente cambió su humor. Respiro profundo y acercó el plato con los huevos estrellados a su hija.

- Hija no veo por qué se tiene que molestar. Dile que le agradezco, pero no veo la necesidad.

- Mami será un desprecio. Ella solo quiere ser agradecida. Miró Valentina a su mamá luego de comer su primer bocado.

- Bueno hija. Está bien. Dile que sí y que muchas gracias. Se sentó su mamá con su plato de comida y miró a su hija, le dio una media sonrisa. Ambas fingían, pero ambas sabían que la otra sabía. Solo omitían el tema por amor. Soledad amaba a su hija como a nadie en el mundo y Valentina sentía el amor de su madre. No todo podía ser perfecto.

- Le diré. Sonrió Valentina y miró de nuevo el plato. - Gracias por este rico desayuno. Está muy rico.

- Me tocó hacer milagros, no había mucho en la nevera. Oye hija sabes; tú tío se casará...

Comenzó una bonita conversación de madre e hija, contándose todo lo que las involucraba como familia. Luego de desayunar, Soledad se estaba duchando y Valentina terminaba de ordenar la cocina un poco antes de irse a ver con la castaña, quien no solo las llevaría a comer sino que las llevaría a un lugar muy lindo para comer comida mexicana. Valentina miró la puerta que su mamá había dicho la noche anterior y decidió abrir por si la pregunta surge de nuevo y ella no sabía muy bien que había allí. Abrió y solo era un baño un poco lleno de cosas. Un baño que estaba fuera de uso. Cerró la puerta al escuchar que tocaron el timbre.

Corrió Valentina sabiendo que su corazón se aceleraba porque vería a su mujer. Abrió y allí estaba su princesa. Se lanzó a sus brazos y la besó. Esta metió sus manos en la cintura de la otra y el beso se profundizó. Deteniéndose Juliana.

- Mi amor. Yo también te extrañe. Pero...

- Mi mamá está en la ducha. Decía Valentina. Se separó Juliana de nuevo y sonrió.

- Pero mi mamá está aquí. Miró Valentina a su suegra. Sonrió Valentina un poco apenada.

- Hola Lupe. Sonrieron las tres y las invito a pasar luego de saludar a su suegra.

- Bien Valentina. Le dio un beso en la mejilla a su nuera. - ¿Tú estás bien? Miró fijamente a los ojos Guadalupe a su nuera.

- La verdad sí. Estoy feliz de tener a mi mamá en mi casa, aunque extraño mucho a Juls. Anoche no podía dormir bien. Me hace mucha falta mi novia. Volvió a abrazar Guadalupe a Valentina.