Capítulo 92

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[ 16 DE JULIO, 2025 ]

NARRATOR'S POV

Bea despertó casi al mediodía debido al llanto de Kate. Se levantó y bajó a la cocina, donde encontró a Marco y Lori ordenando el desastre de la noche anterior. Mientras tanto, Kate bebía un biberón en brazos de Santiago.

—¿Cómo amaneciste? —le preguntó Lori con una mirada preocupada.

—Bien... —respondió Bea, aunque sus palabras no convencían ni a ella misma.

—¿Segura? —insistió Lori, sabiendo que algo no estaba bien.

—Sí, mamá. Aunque tengo mucha hambre. —Bea se pasó una mano por el rostro, como si intentara despejarse de la pesadez de la noche anterior.

—Hay huevos y tocino en la estufa. —Lori la señaló.

Bea agradeció el gesto y comenzó a preparar su desayuno rápidamente. Comió sin muchas ganas, con la mente aún atrapada en los eventos de la noche anterior, pero la comida le ayudó a despejar la mente, aunque solo fuera por unos minutos. También puso al tanto de sus padres sobre la situación. Después de vestirse, volvió a la sala principal.

—¿No crees que sería mejor que hoy descansaras? —cuestionó Lori, observando a Bea preparándose para salir.

—La inauguración nos respira en la nuca, y faltan muchas cosas por organizar. Debo ir a hablar con algunos proveedores. No puedo dejar que esa mujercita ponga en pausa mi vida porque le dio por ser una psicópata. —Bea soltó un suspiro de frustración mientras se ajustaba el bolso al hombro.

Santiago soltó una risa ligera, queriendo aligerar el ambiente.—Deja que vaya. Además, Marco estará con ella.

—Creo que ella se puede defender muy bien sola —comentó Marco con una sonrisa, refiriéndose a Bea.

—Estaremos en el restaurante si necesitan algo. Dejé la leche del extractor en la nevera. Tendré el teléfono encima para que me llamen si pasa cualquier cosa. —Bea se dirigió hacia la puerta, mirando a su madre. Estaba decidida a continuar con los planes a pesar de lo que había ocurrido. Con una última mirada a su hija, Bea salió de la casa junto a Marco, caminando rápidamente hacia el auto de este.

Ambos pasaron el día ajustando el menú que Marco estaba diseñando, además de hacer llamadas a proveedores y revisar currículums para contratar meseros, cocineros y demás personal para el restaurante. El estrés de la apertura se sentía en el aire, pero Bea estaba decidida a seguir adelante con el proyecto, sin importar lo que había sucedido.

Mientras tanto, una aparición en la casa Morrone fue completamente inesperada. Santiago estaba en la puerta cuando la figura de Joe apareció en el umbral.

—Se supone que vendrías el sábado. Kate no está aquí, salió con mi esposa al supermercado.—dijo Santiago, su tono más frío de lo habitual.

Joe, claramente agitado, no perdió tiempo con las formalidades.

—No vine por mi hija... Me enteré de lo que pasó con Bea y...

—¿Y la loca que tenías como amante? —interrumpió Santiago, con un tono mordaz, casi como si intentara frenar cualquier intento de disculpa.

—Nunca fue mi amante... Si me dejas explicar... —Joe comenzó, pero el rostro de Santiago no mostraba ni la más mínima intención de escuchar.

—Joe, no quiero explicaciones —respondió Santiago, cruzando los brazos—. Si no te he echado, es porque, a mi pesar, eres el padre de mi nieta. ¿Qué es lo que quieres?

we can't be friends | Joe BurrowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora