Camino despacio yendo al instituto y esta vez, gracias a Dios, no llueve. Me he despertado esta mañana con un leve dolor de cabeza, pero a medida que me preparaba para afrontar un lunes de escuela y trabajo, el dolor iba aumentando. Por lo que ahora, no me encuentro demasiado bien, y me planteo volver a casa y dormir un rato más. Veo venir que me voy a poner enferma y todo por no haberme acordado de coger paraguas. Y con eso aparecen dos problemas; el primero es que no puedo faltar al trabajo porque necesito el dinero, y el segundo es que no soy una buena enferma. Es decir, que no me gusta que me cuiden, pero a la vez, si me quedo sola me pongo a llorar porque quiero compañía.
Soy un manojo de sentimientos cuando me enfermo. Así que cruzo los dedos para que esto sea un simple resfriado. Y para convencerme aún más de eso, no doy la vuelta hacia casa, sino que me dirijo hacia la escuela y esta vez a paso más rápido.
Cuando ya estoy llegando veo el panorama de siempre, amigas contándose cotilleos, qué habían hecho durante el fin de semana o simplemente contando cuan enamoradas estaban de tal chico. A pesar de que ahora que me haga gracia y me parezca un poco patético que eso sean sus preocupaciones, yo fui una de ellas hace tiempo.
En su día yo también tuve una mejor amiga, y ella si que era la mejor. Nuestra relación empezó en la guardería, por lo que no era una amistad superficial, era de esas amistades que duran para toda la vida. Sara era mi hermana. Quizás no hablábamos de lo que estaba a última moda, ni nos contábamos cotilleos; pero sí que hablábamos sobre chicos, sobre lo que nos pasaba, series y libros. Hablábamos sobre cosas de adolescentes.
~Flashback~
Estaba sentada en el bordillo de la calle cuando Sara se sentó a mi lado y me abrazó.
- Ei tonta, ¿Qué te pasa? - me dijo
-Tengo miedo Sara, sabes cómo es él – hice una pausa para respirar lentamente – sé que le gusto y a mi él también, pero ¿qué pasa si salimos y me hace los cuernos o se da cuenta de que no soy lo que él quiere?
- Abby...- me miraba con cariño- mira, tú puedes hacer lo que quieras pero quien no arriesga no gana. Sí, a lo mejor te hace los cuernos, y sí, seguramente te hará daño, pero pase lo que pase, tú siempre te levantarás con mi ayuda o sin ella. Cuando estés preparada, nos reiremos de lo tonta que fuiste por haberte fijado en él, quizás organicemos una pequeña venganza y después seguirás con tu vida. Como siempre lo has hecho.
Yo me empecé a reír y ella me siguió. La abrace y nos quedamos un buen rato hablando y riendo de nuestras chorradas.
~Fin del flashback~
Noto una presión en el pecho de lo mucho que la echo de menos. Me limpio la lágrima que cae por mi mejilla sin mi permiso y entro al instituto. Entro en clase detrás de la profesora de literatura y me siento rápidamente en mi sitio saludando brevemente a un sonriente Ray. Ella siempre sabía que decir y como animarme. Me conocía. Y sé con seguridad que aunque haya cambiado mucho estos últimos años, si la volviera a ver, no le haría falta que le explicase nada. Me entendería porque así era Sara, no le importaba lo que hubiera hecho o lo que hubiera pasado, ella siempre me trataría como su mejor amiga, su hermana.
***
Por fin, pensaba que nunca se acabaría esa clase infernal. No es que no me gustaran las matemáticas, el problema es que me duele la cabeza demasiado para ponerme a resolver operaciones. Me dirijo a mi árbol de siempre para comer mi almuerzo, me siento y cierro los ojos suspirando. No tengo demasiado apetito y a pesar del frío, siento como me arden los ojos. Noto como alguien se sienta a mi lado. ¿Por qué a mí? ¿Por qué? Solo quiero descansar un poco. Y a pesar de que agradezca mucho su compañía, Ray me trae a veces más dolor de cabeza.
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Be careful
Teen FictionTerror, es lo único que siento, pero tengo que seguir corriendo, no puedo parar. Tengo que esconderme y huir, ese es mi único pensamiento, por mí, por todas ellas, por mis padres, por mi hermana. Me caigo, me duelen los pies y las rodillas, me levan...